Lo peor no es que la deuda de las Administraciones Públicas haya alcanzado un nuevo máximo histórico de 1,569 billones de euros en junio, alcanzando un 113,1% del PIB, sino que nuestro país está muy cerca del límite de endeudamiento que le concedió Bruselas para todo el año. España es el cuarto país de la Unión Europea (UE) en el que la deuda es mayor en proporción al PIB. Hoy trataré de la contribución de las Comunidades autónomas (CCAA) a esa deuda, porque sus cuantía en términos relativos es muy distinta. Los datos reflejan que algunas CC.AA. son austeras y que otras despilfarran partidas cuantiosas, con frecuencia por motivos identitarios, como por ejemplo las 21 ‘embajaditas’ que tiene Cataluña en el extranjero. El ranking de hoy debiera servir para que los políticos regionales frenaran el gasto, porque los intereses se han disparado al hacerlo la inflación.
Nos guste o no, la UE impondrá en pocos meses el retorno a unas políticas fiscales muy restrictivas, porque la estabilidad financiera exige reducir la deuda pública. Al Banco Central Europeo no le queda otra opción, tras tantos años repartiendo dinero a mansalva sin apenas coste. La situación comunitaria ha empeorado, porque la gran locomotora germana tiene el motor gripado; aunque ha salido de la recesión técnica, lleva cuatro años con un crecimiento muy débil. La sobriedad que va a imponer Bruselas exigirá que las CC.AA. reduzcan su gasto, porque deberán cumplir el compromiso de déficit.
Fedea ha presentado el estudio Estimación del gasto futuro en intereses de la deuda pública de las CC.AA. (2023-2026), que advierte del carácter estructural que ha tomado el déficit público de las CC.AA. El trabajo prescribe la necesidad de frenar el endeudamiento de nuestras regiones. También pronostica que el aumento futuro del gasto en intereses va a adquirir una importancia considerable en las cuentas de las Administraciones Públicas (AA.PP.). El informe justifica sus previsiones porque los tipos de interés de emisión de la deuda pública española se están situando en torno al 3%, un nivel similar al experimentado justo antes de la gran recesión que hubo entre 2008 y 2013. Además, la investigación recuerda que en el año 2022, el nivel de deuda de las AA.PP. y de las CC.AA. se situó́ en el 112% y del 24% del PIB, respectivamente, valores muy por encima de los registrados en 2007 (36% AA.PP. y 6% CC.AA.). Esta cifras indican que si no nos volvemos austeros podemos caer en otra gran crisis.
El gráfico de hoy muestra dos indicadores: el aumento del gasto que van a suponer los intereses de la deuda autonómica entre 2022 y 2026, y el porcentaje que suponen estos incrementos sobre el PIB de cada Comunidad autónoma, un valor que es el más significativo a futuro. La Comunidad Valenciana es la que está en peor situación a corto plazo, tanto porque aumentará el pago de sus intereses un 0,795% de su PIB en 2026, como porque su deuda total per cápita es de 10.623 euros. Murcia es la región que está en la segunda peor situación(0,618%), seguida de Castilla La Mancha (0,581%) y Cataluña (0,548), que quizá es la Comunidad que está peor, si se tiene en cuenta que la deuda total de cada catalán con AA.PP. es de 10.818 euros. Hace una semanas, la ministra de Hacienda, ante la petición de condonación de los 70.000 millones que adeuda Cataluña por parte de Junts y Esquerra, dijo que si gobierna Sánchez reformará el modelo de financiación autonómica. Espero que no cometa ese error, porque dispararía un déficit, que la UE exige que se reduzca.