Según, el economista y jefe de investigación de Civismo, Javier Santacruz Cano, apunta que “los PGE 2018 no corrigen el agujero estructural de las cuentas públicas”, ya que se aumenta el gasto estructural un 3,71% y se absorbe todo el ahorro de las partidas cíclicas, incluyendo la reducción del 3,4% de las prestaciones por desempleo y el ahorro del 2,1% en intereses de la deuda.
En este sentido, el economista señala que el Gobierno utiliza el incremento proyectado de los ingresos cíclicos para expandir un gasto de naturaleza estructural como es la igualación de salarios entre las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado, subir las pensiones más bajas, incrementar el sueldo de los funcionarios, así como expandir la plantilla de empleados públicos y conceder más recursos a las comunidades autónomas y ayuntamientos.
Asimismo, Santacruz advierte de que el proyecto de PGE para 2018 incluye una previsión “ciertamente optimista” de ingresos públicos, especialmente en materia de IRPF, IVA y Sociedades, para los cuales presupuesta incrementos en el entorno del 6%, lo que implica asumir que las bases imponibles de los impuestos que más recaudan se van a volver mucho más elásticas o más sensibles con respecto a la actividad económica.
En cuanto a las pensiones, el investigador de Civismo considera que el proyecto presupuestario “daña la contributividad del sistema”, dando incentivos a cotizar por las bases más bajas, dado que las subidas se concentran en pensionistas que apenas han cotizado y en aquellos que reciben pensiones asistenciales.