Resulta sorprendente que, cuando es un particular el que se equivoca, Hacienda lo castigue con una multa (le llaman recargo). Por el contrario, cuando los políticos incumplen compromisos más graves como el del déficit y gastan por puro populismo lo que no tienen, no son penalizados. Al contrario, con frecuencia les premiamos eligiéndolos de nuevo en las urnas.
La semana pasada se hacía público que Hacienda está investigando la evolución de las cuentas de Andalucía por un posible desfase de hasta 980 millones de euros. El último Informe de Seguimiento de los Planes Económico-Financieros señalaba que “al cierre del ejercicio no se habían reconocido obligaciones inicialmente comprometidas” y que habría que “seguir este saldo” para que no fuera traspasado a 2014. Es decir, ‘una patada hacia adelante’ a los gastos de 2013 para cumplir con el déficit en diciembre y volver al despilfarro en enero. Algo que también podría haber hecho el Gobierno central, ya que los gastos de las Administraciones se frenaron un 3,9% en el último trimestre de 2013 (mínimo de la serie histórica) para dispararse un 4,4% entre enero y marzo (máximo histórico) del 2014.
Andalucía no es la única comunidad que utiliza estas estratagemas (o al menos las sospechas no se centran solo en ella). De hecho, el conjunto de las regiones ha aumentado sus gastos un 14,6% en los dos primeros meses del año respecto al mismo periodo de 2013. Pero el ajuste debería continuar para hacer frente a un objetivo de déficit cada vez más estricto. Así, solo en estos dos meses ya se han gastado 2.440 millones más que el año pasado.
Estas cuentas corroboran parcialmente las sospechas de Hacienda, ya que la Junta de Andalucía ha gastado 332,9 millones más que en 2013 (un 13,9% adicional). Así, esta región se coloca en tercera posición por volumen de presupuesto ejecutado. Sin embargo, el mayor aumento, tanto en términos relativos como en absolutos, corresponde a la Comunidad Valenciana y Cataluña que, con subidas del 60% y del 29,2% respectivamente, aglutinan tres cuartas partes del aumento de gasto. También Extremadura gastó de más (109,54 millones), mientras que el País Vasco roza la media con un gasto extra de 166 millones.
En la parte central de la tabla encontramos regiones que, si bien con un patrón más moderado, han incrementado sus gastos hasta un 9,4%. Es el caso de Navarra. Le siguen Castilla y León (8,3%), Cantabria (7,2%), La Rioja (6,3%), Asturias (5,9%) y Baleares (2,6%). En total, estas comunidades acumulan un sobrecoste de 170,6 millones de euros, pudiendo superar, de seguir a este ritmo, los 1.000 millones a final de año. Por último, existen CCAA que han conseguido ahorrar, aunque en proporción muy moderada: Galicia y Canarias (0,8%), Castilla-La Mancha (1%), Aragón (1,1%), Madrid (3,3%) y Murcia (4,3%), disponiendo de 125,3 millones más.
Es cierto. Las cifras todavía no son representativas de la evolución anual, pero mucho nos tememos que algunas comunidades ‘arreglarán’ en falso su contención del déficit con una nueva ‘patada hacia adelante’. Europa ha dejado claro que no autorizará ninguna rebaja fiscal que no vaya acompañada de una reducción de gasto público. El modo de evitar esta corruptela presupuestaria es fácil: impedir que las CCAA que no cumplan con el déficit se beneficien de la rebaja fiscal prometida. Contra el populismo derrochón, competitividad fiscal.