Con la mirada puesta en las elecciones de Estados Unidos, España marcha hacia un nuevo estancamiento de su economía. Los indicadores muestran como una nueva ola de la pandemia ya asoma por el horizonte, en tanto en cuanto la economía vuelve a confinarse, a la espera de que se controle la incidencia del virus. Un nuevo confinamiento que, como ya se avisó, está dañando aún más nuestra economía.
Hace unos meses, los economistas más agoreros avisábamos sobre unas advertencias que, habiendo sido emitidas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), estaban siendo ninguneadas por el Gobierno de España.
Estas advertencias, alertaban sobre un escenario contrafáctico, el cual descartaba el Gobierno, en el que un nuevo confinamiento por posibles rebrotes en el país, dejaría a España como el país más devastado- económicamente hablando- de los países que conforman dicha organización.
Precisamente las mismas advertencias que emitía el Fondo Monetario Internacional (FMI), que avisó de la fragilidad de sus previsiones en un escenario en el que los rebrotes y la dificultad para controlar el virus, no ofrecían facilidades a los investigadores para realizar pronósticos fiables.
Sin embargo, esa autocomplacencia que caracteriza a nuestro Gobierno, como en otras ocasiones, nos llevó a conformarnos con esa contracción del 11%, pronosticada en el informe WEO.
Esta semana -para sorpresa de muchos- se emitían desde Bruselas nuevos pronósticos para la economía española. La materialización de hipótesis como la de un nuevo rebrote y, por ende, nuevos confinamientos, ha provocado que el pronóstico ascienda hasta situarse por encima del -12%.
Los datos del Producto Interior Bruto (PIB) sobre el tercer trimestre, de la misma forma que muestran una recuperación de la economía española respecto al hundimiento registrado en el segundo trimestre, muestran también una clara contracción en su medición interanual.
Además, pone en evidencia el claro descuelgue de nuestro país respecto al conjunto de economías de la Zona Euro. Pues hablamos de una caída interanual superior al 8%, muy por encima de economías como Francia, por ejemplo, que registran un 4%.
Tendencia del empleo
De la misma forma, los datos de paro que nos deja la Encuesta de Población Activa (EPA) y la Seguridad Social ofrecen tantas luces como sombras. Si lo miramos por el lado de la creación de empleo, tanto la EPA como los datos de afiliación muestran un mejor comportamiento de lo esperado, registrando notables incrementos en la creación de empleo.
Sin embargo, en contraste con las cifras previas a la pandemia, hablamos de una recuperación del 42% de todo el empleo perdido, teniendo en cuenta unos ERTEs que, ante el nuevo escenario, presentan una mayor probabilidad de convertirse en EREs.
Como sabemos, el impacto de esta crisis ha sido asimétrico, si atendemos a los diferentes sectores. La famosa recuperación en forma de K, donde unos sectores iban a salir muy bien parados, a la vez que otros iban a caer hasta registrar mínimos históricos, es cada vez más un hecho, tal y como se observa en el análisis de cómo está funcionando el mercado laboral durante la pandemia.
Pese a que se haya registrado un menor acoplamiento en la destrucción de empleo con respecto a la caída del PIB, hablamos de una destrucción muy abultada, con una recuperación excesivamente parcial que podría estancarse al finalizar la vigencia de los ERTE y sus cláusulas, ante el deterioro de determinados sectores.
Todo ello, con un claro deterioro en indicadores como la confianza empresarial y la del consumidor- recogidas en el PMI- con una caída bastante notable en la actividad del sector servicios, sumada a ese contraste con otras economías que muestran el descuelgue de la economía española, anteriormente citado.
Impacto de los Presupuestos
Pero si cabía algo más por esperar, la presentación del proyecto de presupuestos ha sido el broche a una semana en la que los españoles vuelven a mostrar su cara más larga. Tachando de optimistas al Banco de España, a la AIReF, así como a otras instituciones, el Gobierno de España ha presentado una propuesta de presupuestos que se aleja completamente de la realidad.
Tanto por el lado de los ingresos, como por el lado del gasto, los nuevos presupuestos que pretende aprobar el Gobierno no aportan esperanza como para revertir dicha situación.
Mientras que la academia cuestiona si el gasto será suficiente como para estimular la economía y recuperar su dinamismo, a la vez que cuestiona la capacidad de España para absorber el 100% de los fondos europeos disponibles, y de los que depende para recuperar la economía.
Los analistas, se centran en un gasto que, visto por el lado de los ingresos, pretende financiarse con previsiones de ingresos excesivamente optimistas. Y es que hablamos de utopías como el hecho de que, por una misma figura fiscal, el Gobierno pretende recaudar más ahora que en 2019, en medio de una crisis global y de dimensiones históricas con el PIB creciendo a ritmos del 2%.