El Gobierno aprobará el próximo viernes, 10 de julio, el techo de gasto para 2016, que superará los 130.000 millones de euros y que dará comienzo a la elaboración de los Presupuestos Generales del próximo año, sin saber si llegarán a aprobarse en las Cortes por las próximas elecciones generales.
Tras el recorte del 3,2% del techo de gasto en 2015, las cuentas públicas del próximo año contarán con un límite de gasto más generoso, dado que la mejora de la economía española y de los ingresos públicos no obligará al Ejecutivo a realizar demasiados ajustes y todo ello sin comprometer además la consecución del objetivo de déficit en 2016, situado en el 2,8% del PIB.
De hecho, el Gobierno aprovechará también para revisar el cuadro macroeconómico y mejorar las previsiones de crecimiento y empleo. Tal y como dijo el presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, el pasado jueves, la economía crecerá un 3,3% este año, frente al 2,9% previsto anteriormente, y un 3% en 2016.
Igualmente, dará el visto bueno a los objetivos de estabilidad presupuestaria, que serán previamente aprobados por el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) el miércoles, en el que participarán más de una decena de nuevos consejeros.
Asimismo, el Ejecutivo dará luz verde al decreto que adelanta la rebaja de IRPF prevista para 2016 al 1 de julio de este año, que inyectará unos 1.500 millones en la economía y ahorrará una media de 71 euros anuales a cada contribuyente, según los cálculos de Civismo.
Con las nuevas previsiones económicas, la mejora de los ingresos y la previsible reducción de algunas partidas como los intereses de la deuda o las prestaciones, el equipo del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, prepara un aumento del techo de gasto para el próximo año.
Además, está previsto que tanto comunidades autónomas como ayuntamientos reciban en 2016 más dinero que este año, como consecuencia de liquidaciones pendientes del modelo de financiación autonómica y por la mejora de los ingresos, con lo que tendrán más fácil cumplir sus objetivos de déficit, situados en el 0,3% del PIB para las regiones y en equilibrio para las corporaciones locales.
NO HABRÁ NUEVOS AJUSTES.
Según fuentes del Ministerio de Hacienda, no se planteará, por tanto, una nueva reducción del gasto público en términos absolutos, sino una contención de su incremento, de manera que no habrá que realizar nuevos ajustes a la baja porque no serán necesarios para consolidar los objetivos de déficit público.
Con la aprobación del techo de gasto, que debe ser ratificado por el Congreso y el Senado, el Gobierno da inicio a la elaboración de las cuentas públicas del próximo año, aunque no se sabe si llegarán a aprobarse definitivamente antes de que acabe la legislatura.
El Gobierno sostiene que las cuentas están muy avanzadas y que trabaja para que el Presupuesto esté listo para aprobarlo cuando Rajoy lo decida, pero sigue sin quedar claro si la tramitación parlamentaria también se acelerará durante el verano.
TRAMITACIÓN DE LAS CUENTAS
Según marca la ley, el Presupuesto tiene que aprobarse primero en Consejo de Ministros y presentarse después en el Congreso antes del día 30 de septiembre, plazo que generalmente apuran todos los gobiernos.
Una vez en la Cámara Baja, comienza la tramitación parlamentaria de las cuentas con las comparecencias de los altos cargos, el debate a la totalidad y las enmiendas parciales, hasta que las cuentas reciben el visto bueno del Congreso y se envían al Senado.
En la Cámara Alta se repite el proceso con las comparecencias, el debate de los vetos a la totalidad y la negociación de las enmiendas hasta que se aprueba la norma, que debe ratificarse posteriormente en el Congreso antes de su entrada en vigor.
Normalmente éste paso suele producirse bien entrado el mes de diciembre, que es cuando los Presupuestos reciben el visto del Parlamento y quedan listos para entrar en vigor el 1 de enero del año siguiente.
Para adelantar todo el proceso, el Ejecutivo tendría que fijar la presentación del Presupuesto en el mes de julio y concentrar la tramitación parlamentaria durante el verano si quiere aprobarlos antes de que se disuelvan las Cortes para las próximas elecciones.