Hoy, 1 de julio, es un día de júbilo para muchos trabajadores españoles. Y no sólo porque haya quien inicie sus vacaciones, sino también porque, como media, con la integridad de sus salarios percibidos hasta ayer ya han cumplido con los pagos de sus impuestos por todos los conceptos correspondientes a este año. Así que desde hoy trabajarán ya para sí mismos.
Es el conocido en el mundo anglosajón como ‘Día de la Liberación Fiscal’ que, sin embargo, para vascos, navarros y riojanos se adelantó al pasado 28 de junio al soportar en sus respectivas comunidades una menor presión tributaria que en la media del conjunto de España. En el caso de Euskadi, los contribuyentes ahorran en los impuestos a los carburantes al no aplicarse en la comunidad el llamado ‘céntimo sanitario’ –al igual que en La Rioja–, así como en el IRPF, al que destinan una media de 3.099 euros, 179 menos que la media nacional. Por contra, las tres capitales vascas son las que sufren el impuesto de circulación más caro de España.
En el lado opuesto se encuentran los catalanes, que sometidos a más impuestos tanto autonómicos como municipales tendrán que esperar hasta el próximo 5 de julio para poder celebrar su ‘día’, tras apoquinar 594 euros más en impuestos que un vasco.
Esta es al menos la conclusión a la que ha llegado el ‘think tank’–laboratorio de ideas o grupo de pensamiento– Civismo, formado por prestigiosos profesionales, académicos y empresarios, que ayer presentó su estudio anual ‘Día de la Liberación Fiscal 2015’. El informe analiza la presión tributaria que soportan los españoles en general y su detalle por autonomías, así como el tiempo que deben dedicar de su trabajo a pagar sus impuestos directos, indirectos y las cotizaciones a la Seguridad Social, y que parte del mismo va directamente a su bolsillo.
182 días para el fisco
El estudio señala que un español con un salario medio de 24.400 euros brutos anuales tiene que trabajar este año 182 días –179 en el País Vasco– para cumplir con sus obligaciones fiscales, dos días menos que los que eran necesarios en 2014. De ese total, 102 días corresponden al pago –tanto del empleado como de la empresa– de las cotizaciones a la Seguridad Social, 38 jornadas son para abonar el IRPF, 25 para el IVA, 11,5 para impuestos especiales (electricidad, hidrocarburos, alcohol, tabaco…) y otros 5,5 días para el resto de tributos (IBI, circulación, transmisiones, actos jurídicos…)
El informe puntualiza que esos 182 días suponen un total de 15.775 euros para pagar tributos en un puesto de trabajo cuyo coste laboral real asciende a 31.696 euros, ya que al salario bruto de 24.400 euros que percibe el empleado hay que sumarle los 7.296 euros que la empresa cotiza a la Seguridad Social por el trabajador.
Para diferentes salarios, con un bruto anual de 15.500 euros, su ‘Día de la Liberación Fiscal 2015’ se situó en el pasado 8 de junio; si el sueldo es de 40.000 euros acabará de pagar sus impuestos y cotizaciones el próximo 7 de julio; y si se eleva hasta los 100.000 euros, vuelve a ser hoy, 1 de julio, puesto que las cotizaciones a la Seguridad
tienen un tope máximo a partir del cual ya no aumentan más aunque el salario sea mayor.