Un castigo fiscal a las familias españolas (Promecal)
21 de marzo de 2016
Por admin
El envejecimiento de la pirámide demográfica ha animado el debate sobre la importancia de aprobar políticas públicas enfocadas a favorecer la natalidad. Los impuestos juegan un rol importante en esta cuestión, ya que una mayor carga tributaria redunda en una reducción de la renta disponible de los hogares, lo que complica la sostenibilidad financiera de las familias.
Un informe elaborado por Cristina Berechet, jefa de investigación de Civismo, señala que, lamentablemente, los contribuyentes españoles que tienen hijos soportan una carga tributaria que supera holgadamente el nivel de impuestos vigente en otros países de la Unión Europea. De hecho, si se analiza la situación de los 15 Estados más acaudalados de su entorno, España es el país que menos rebaja los tributos a las familias.
Así, aunque un contribuyente con un sueldo medio y dos hijos pague en territorio nacional cinco puntos menos de fiscalidad directa que un declarante que no tiene descendencia, la reducción se queda muy por debajo del resto de naciones de la UE. 
El trato orientado a favorecer fiscalmente a los hogares es especialmente pronunciado en el caso de Irlanda     (-40,98%), Dinamarca (-27,35%), Luxemburgo  (-24,52%), el Reino Unido   (-20,75%) y Holanda (-20,45%).
En consecuencia, España es el territorio europeo con menos ventajas tributarias a las familias. Los puntos de reducción de la fiscalidad directa que soporta un ciudadano con dos hijos se quedan tres veces por debajo de la media del -16,4% que se observa en los 15 Estados analizados.
Pero, al margen de la diferencia entre contribuyentes sin descendencia y declarantes con hijos, el esfuerzo fiscal directo que soportan los españoles que tienen dos vástagos, tratándose de un tipo efectivo del 34,43%, solo es superado por el 36,75% francés y el 36,11% belga. Se trata, por tanto, de la tercera mayor carga impositiva de las 15 naciones analizadas.
Un escenario más favorable para apoyar la natalidad se encuentra en Holanda (11,61%), Dinamarca (9,09%), Luxemburgo (5,85%) y el Reino Unido (5,65%). 
 
Padres solteros. En el caso de un padre o madre soltero con dos hijos a su cargo, la situación es parecida. España vuelve a significarse como un país de altos impuestos frente a la media de otros  miembros comunitarios.
Para una renta media de 26.162 euros, el tipo impositivo real de la fiscalidad directa es del 34,43%, solo por detrás de Bélgica (36,11%), Francia (36,75%) y Grecia (37,46%).
El esquema de bonificaciones y deducciones vigente en Irlanda convierte un sueldo bruto de 23.092 euros en un salario neto de 30.396 euros, un vuelco de 7.304 euros a favor del contribuyente. Este modelo de impuestos negativos también se observa en el Reino Unido (890 euros) y Luxemburgo (2.094 euros). Este escenario choca con la situación que hay en España, donde un soltero con dos hijos a su cargo que percibe un jornal bruto de 26.162 euros ve reducir sus ingresos hasta un nivel neto de 22.282 euros, un golpe de 3.880 euros. Para un salario más bajo, de 15.500 euros brutos, el neto se queda en 14.515, con la consecuente merma de 985 euros en la renta disponible. En clave nacional, los hijos desgravan en el IRPF, pero de manera desigual dependiendo de la comunidad autónoma en la que resida el contribuyente.
Hay una diferencia de hasta 842 euros anuales entre lo que tributa una persona con hijos a su cargo en Navarra y el País Vasco. Esta comparativa no es casual: el primero  es el Gobierno que más impuestos cobra a las declarantes con descendientes, mientras que el segundo es el que les brinda un mejor trato.
Por otro lado, en Asturias y Andalucía hay deducciones extra para las familias monoparentales, mientras que en Madrid se bonifica a ciudadanos con dos o más descendientes que no alcanzan un nivel mínino de renta en sus bases imponibles. 
Por su parte, Civismo defiende una reforma fiscal orientada a reducir el esfuerzo contributivo que soportan los ciudadanos españoles. En este sentido, la comparativa con Europa invita a reflexionar sobre la conveniencia de aprobar  reducciones de los gravámenes directos para aumentar la renta disponible de los hogares y contribuir a un mejor desarrollo de las familias.

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