Por Carmen Obregón
Los españoles somos más pobres que en 2018. Pagamos más impuestos que antes, pero esa recaudación de más no se ha traducido en un mayor nivel de vida. Al contrario, España ha perdido posiciones, y mientras la presión fiscal del bolsillo de los españoles ha subido hasta 22 puntos porcentuales desde 2017, la renta per cápita de los ciudadanos apenas ha subido solo 11 puntos, es decir, que en la relación de impuestos exigidos, y en valores constantes, los españoles hemos perdido hasta un 11%.
El enorme aumento de la exigencia fiscal a los españoles ha sido el objeto del último informe publicado por la Fundación Civismo, con el trabajo técnico de Ignacio Ruiz-Jarabo, quien fue director de la Agencia Tributaria y hoy es colaborador de THE OBJECTIVE y Fundación Civismo.
Con el título Eutanasia Fiscal. Deslegitimación de la Fiscalidad: uso y abusos del poder tributario en España, Ruíz Jarabo ha hecho un exhaustivo análisis de política fiscal que Pedro Sánchez ha venido haciendo desde el primer día que llegó al Gobierno de España, análisis que pone de manifiesto una evolución de la presión fiscal sin precedentes.
Jarabo parte de la base de que la presión fiscal no es quizá el término más adecuado para dar la mayor transparencia al sacrificio de los contribuyentes, puesto que requiere tomar en consideración el nivel de renta de los diferentes países, lo que conduce a utilizar otro indicador: el esfuerzo fiscal. Sin embargo, precisa el exdirector de la AEAT, sí se puede entrar a analizar la presión fiscal cuando se refiere a un mismo país en un periodo concreto de tiempo no excesivamente largo.
Aluvión impositivo sobre la presión fiscal
Pues bien, teniendo en cuenta esa premisa, Jarabo observa que, en España, en apenas cinco años, la presión fiscal ha aumentado en 7,6 puntos porcentuales desde el 34,40% de 2017, hasta el 42%, «aumento más que considerable -subraya- en términos porcentuales, porque supone un 22,1%. Vea aquí la ecuación: (42,00%-34,40%)/ 34,40%, igual a 22,1%».
En opinión de Ignacio Ruíz-Jarabo, «incrementar más de un 22% el porcentaje que suponen los impuestos exigidos a los españoles en relación con el PIB constituye una auténtica barbaridad». Y más aún -ahonda-, cuando en el mismo periodo de 2007 a 2022, la renta per cápita de los españoles medida en valores corrientes ha crecido tan solo un 11%, de 24.980 euros a, 27.870 euros, lo que quiere decir que en valores constantes, la renta per cápita de los españoles se ha hundido 11 puntos respecto la presión fiscal que soporta, de manera que, nuestra renta disponible, más allá de que el PIB haya recuperado los valores prepandemia, se ha reducido.
El técnico del Estado, como la presidenta india, Indira Ghandi, defiende en su informe que uno «no se puede fiar jamás de aquellos gobernantes que solo saben subir impuestos». Con ese espíritu, el alto funcionario sostiene que este incremento desmesurado de la presión fiscal se debe, en el caso del Ejecutivo de Pedro Sánchez, a tres factores.
Así, por un lado, se debe a la subida de impuestos existentes, como ha sucedido con el IRPF sin deflactar; el impuesto de Sociedades; el IVA -que coyunturalmente ha bajado en algunos productos, pero se ha cebado en otros, como de las bebidas azucaradas y edulcoradas-; el nuevo impuesto de Patrimonio -con el sobrenombre armonizador de Impuesto a las Grandes Fortunas-; la subida del impuesto de matriculación o el aumento de las cotizaciones a la Seguridad Social y el repunte del Mecanismo de Equidad Intergeneracional). En segundo lugar, tiene que ver con el establecimiento de nuevos impuestos como la Tasa Tobin y la Tasa Google, donde España se adelantado al resto de países de la UE, perjudicando fiscalmente a los residentes -al tiempo que no elimina, sin embargo, el impuesto de Patrimonio, prácticamente suprimido en toda la UE-. A ello se añaden los impuestos contra las entidades bancarias y las empresas energéticas. Por último, defiende Ruiz-Jarabo, el Gobierno de España también se ha aprovechado de la inflación para, negando la actualización del IRPF, no adecuar su escala de tipos de gravamen y de deducciones y otros parámetros del impuesto establecido, actuar con la subida del IPC con otro impuesto, el impuesto a los pobres como popularmente se le conoce.
La importancia de la renta media
En términos de deuda pública -también valoró en el informe de la Fundación Civismo que preside Julio Pomés- destaca el incremento de esta variable macroeconómica desde que Sánchez llegó al Gobierno, siendo así tanto si la deuda pública se considera en euros, como si es considerada en la proporción que representa para nuestro PIB, señalando que, en estos momentos, España supera todos los límites establecidos en la regla fiscal de la Unión Europea (60% s/PIB).
En definitiva, recalca el inspector de Hacienda, desde 2018, el Estado cobra más impuestos en un el curso de una carrera fiscal desenfrenada, y además, la comparación entre los ingresos y los gastos públicos sigue saldándose con números rojos, siendo ahora mayor ese saldo negativo que en 2018
En ese afán que el Gobierno de Pedro Sánchez tiene estos días por subrayar que la economía más española va como un tiro y como una moto, así como que, España se aproxima al resto de países de su entorno en presión fiscal, el exdirector de la AEAT rebate el argumento del Ejecutivo progresista y explica que no se puede considerar la presión fiscal apartando un elemento primordial de esta ecuación: el diferente nivel de renta de los diferentes países.
Así, explica este economista, si comparamos España y Alemania, en efecto, el país germano supera ligeramente en presión fiscal a España, en una o dos décimas, el 42%, porcentaje que ya hemos alcanzado en España; pero no se puede ignorar por ello que la renta media de los alemanes supera en un 65% a la de los españoles (46.150 euros, frente a 27.780 euros). Y llegado a este punto, Ignacio Ruíz-Jarabo se pregunta en el informe de Civismo, «¿Qué sentido tiene que paguemos en los dos países la misma proporción de impuestos -sobre el PIB- cuando nuestra respectiva renta media es tan dispar?». Y apunta en la misma dirección otra pregunta: «¿Se aplica e el IRPF español el mismo tipo medio a un contribuyente cuyos ingresos son 27.870 euros, que al que obtiene 46.150 euros? No, ¿verdad? -se responde-. Pues que nos expliquen entonces por qué motivos ha de igualarse la presión fiscal española a la alemana».