Dentro de unos pocos días comenzará la campaña de la Declaración de la Renta del ejercicio 2016. Como cada año, millones de contribuyentes tienen que ajustar cuentas con Hacienda, en un contexto de gran incertidumbre en torno a la fiscalidad que tendremos este año, a causa de la falta de Presupuestos en la mayoría de las Comunidades Autónomas y las tensas negociaciones en los Presupuestos Generales del Estado.
Con la información disponible hasta el momento, resumida en el último informe de fiscalidad autonómica del REAF, observamos cómo las familias se enfrentan a un escenario de presión tributaria creciente. Tomando el modelo de hogar más común (un cabeza de familia con un hijo menor de 25 años a su cargo), queda patente la falta de incentivos para formar una familia, dada la penalización que supone agregar renta y saltar de tramos.
En el Impuesto sobre la Renta (IRPF), una unidad familiar que genere 35.000 euros de sueldo bruto anual paga hasta 6 puntos porcentuales más de tipo efectivo medio si pasa de vivir en una Comunidad de Régimen Foral (tanto País Vasco como Navarra) a una de Régimen Común. La diferencia es aun mayor si la región en la que reside el progenitor es Extremadura, Murcia, La Rioja o Aragón. En el caso de la primera, tiene que destinar 31,5 euros de cada 100 de renta bruta a este concepto, y, en el caso de las otras tres, la cifra asciende a 30,5 euros por cada 100.
Si la renta familiar bruta es de 55.000 euros anuales, el lugar donde más IRPF se paga cambia de forma radical. En este caso, se trata de una comunidad de Régimen Foral: Navarra, donde este tributo asciende a 41,37 euros de cada 100 de renta bruta, seguida de Extremadura, con un tipo efectivo medio del 39%. En el extremo contrario, se encuentran País Vasco (de Régimen Foral), Castilla-La Mancha y Baleares.
Estos agravios comparativos entre regiones se deben al actual diseño del sistema de financiación autonómica, en el que se contempla una cesión del 50% del IRPF a las comunidades que tienen capacidad legislativa propia para fijar este porcentaje. En ese sentido, en este tributo se está produciendo una competencia fiscal real, pero en una dirección desfavorable para el contribuyente: la de reducir poco a poco las ventajas fiscales existentes para ir armonizando gravámenes sobre la renta personal cada vez más altos.
Si bien es cierto que los legisladores han abusado de las deducciones y que éstas, en muchas ocasiones, constituyen un auténtico «coladero fiscal», no se están aplicando rebajas en los tramos para compensar las deducciones eliminadas. Esto resulta especialmente evidente en los de renta más alta, donde la carga fiscal ha aumentado a despecho de que su base imponible se haya estrechado considerablemente durante los años de crisis.
En el día del Padre, si usted es un hijo que quiere hacerle un regalo al suyo, lo mejor que le puede dar es este consejo: que elija, en la medida de lo posible, la región en la que su familia vaya a pagar menos impuestos.