El informe del Día de la Liberación Fiscal, que anualmente elabora el think tank Civismo, viene este año cargado de datos interesantes.
El trabajador español con un sueldo de 24.400 euros (muy cerca del sueldo medio) destina 184 días al año (15.988 euros) a trabajar para el gobierno. Es decir, más de la mitad del año la pasamos trabajando sólo para pagar impuestos.
El desglose de lo que paga al estado es el siguiente: 41 días para pagar el IRPF, 25 para pagar el IVA, 11 para los impuestos especiales y 5 para otros impuestos. A los que hay que sumar 102 días para pagar las cotizaciones a la Seguridad Social.
Las cotizaciones sociales: el impuesto oculto sobre el trabajo
En general se desconoce el dato de que hay un dinero equivalente a 84 días de trabajo (7.296 euros) que la empresa nunca llega a pagar al trabajador, sino que el estado se lo reclama a la empresa antes de que el trabajador lo cobre para ocultar el hecho de que a la empresa el trabajador le cuesta 31.696 euros, en vez de los 24.400 que llega a ver el trabajador.
El hecho objetivo es que a la empresa el trabajador le cuesta lo mismo (31.696 euros), que el estado cobra lo mismo (15.988), que al trabajador le queda lo mismo (15.708), pero que existen dos modos de hacerle ver las cosas al trabajador:
– El trabajador podría cobrar de la empresa los 31.696 euros y el estado quitarle luego 15.988 (el 50,4%). En este caso el trabajador sería plenamente consciente de lo que paga al estado.
– El estado cobra a la empresa 7.296 euros por el trabajador vía cotizaciones sociales, el trabajador aparentemente cobra sólo 24.400 euros y únicamente ve cómo el estado le quita de estos otros 8.692. El trabajador puede caer fácilmente en la ficción de que la empresa sólo le paga 24.400 y que el estado sólo le cobra 8.692. Es por ello que Civismo habla abiertamente en el informe de “opacidad fiscal”.