La patronal y los sindicatos alcanzaron ayer un principio de acuerdo que lanza un claro mensaje: los tiempos de crisis y de moderación salarial han terminado y ha llegado el momento de subir los sueldos. Seis meses y decenas de reuniones después, el IV Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) recomienda un incremento anual de los sueldos pactados en convenio de hasta el 3 por ciento.
El pacto ya está negro sobre blanco, a la espera de que la junta directiva de la CEOE dé el visto bueno hoy mismo, mientras UGT pondrá en marcha una consulta a sus afiliados y CCOO lo ratificará en su Comisión Ejecutiva. La gran novedad, el establecimiento de un sueldo mínimo en convenio de 1.000 euros en 14 pagas en el año 2020.
Era una “absoluta línea roja” para los empresarios. Así lo aseguraban fuentes de la patronal a este periódico cuando las organizaciones sindicales llevaron a la mesa de la negociación la idea de incluir un salario base por convenio que debía alcanzar los 1.000 euros mensuales. Entonces, la CEOE rechazaba la idea por considerar que ya existe un Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que asciende a 736 euros y que escalará hasta 850 euros en los próximos tres años, según pactaron los agentes sociales con el entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y la exministra de Empleo Fátima Báñez.
Finalmente, CEOE y Cepyme han acabado por ceder en este punto a la presión sindical, incrementada en los últimos meses, en los que desde CCOO y UGT se ha insistido en la necesidad de subir los sueldos más bajos, precisamente los que más sufrieron con la crisis y a los que debe trasladarse la recuperación económica con más intensidad. Bajo amenaza de movilizaciones por parte de los sindicatos, las negociaciones se han acelerado en las últimas semanas, coincidiendo con la llegada al Gobierno de los socialistas de Pedro Sánchez.
Así, el acuerdo bipartito pone fin a la etapa de moderación salarial instaurada con la crisis, al incluir “un salario mínimo en convenio de 14.000 euros anuales”, a establecerse “de manera progresiva” durante la vigencia del IV AENC, de tres años. Esta gradualidad limitará el impacto que soportarán los empresarios en los costes salariales, a juicio del economista Javier Santacruz, quien considera que los efectos “no serán tan perjudiciales”. “Mientras que se crea empleo, los efectos del salario mínimo se notan menos y afectan en menor grado a la fijación de salarios”, explica, no sin advertir de que “cuando se está ralentizando la creación de empleo y sobre todo cuando empieza a caer o en períodos de recesión, se convierte en una máquina de destrucción de empleo, unido a una generación de economía sumergida”.
Según los cálculos de CCOO, a partir de los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), esta medida podría afectar a más de dos millones de asalariados con un puesto de trabajo a jornada completa.
Para el resto de trabajadores, el marco de subida salarial se sitúa “en torno al 2 por ciento”, más un 1 por ciento de incremento variable ligado “a los conceptos que en cada convenio se determinen, como la evolución de la productividad, resultados, absentismo injustificado y otros, en base a indicadores cuantificados, medibles y conocidos por ambas partes”. Esto deja el aumento máximo en un 3 por ciento anual y en el entorno del 9 por ciento en el año 2020, pero la cláusula pactada en el documento que hicieron público ayer las partes no es demasiado concreta y da mucho margen a los negociadores de convenios en sectores y empresas.
De este modo, tanto el sueldo mínimo de mil euros como los incrementos salariales serán siempre recomendaciones, ya que cada cada empresa y cada sector tienen autonomía para llevar a cabo la revisión salarial que pacten la empresa y los trabajadores en función de sus circunstancias particulares.
Entusiasmo en el Gobierno
De cualquier manera, el mensaje que lanzan los agentes sociales con este principio de acuerdo parece claro: los sueldos, sobre todo los más bajos, tienen que empezar a subir. CCOO calcula que podría afectar a más de 2 millones de trabajadores a jornada completa Lo recomendaba el anterior Ejecutivo popular, en contra de lo que aconsejaba el Banco de España, y lo cree así también el actual Gobierno socialista. Precisamente, ayer por la mañana, antes de conocer los términos del preacuerdo, la ministra de de Trabajo, Magdalena Valerio, dio por hecho que sería “muy bueno” para elevar las cotizaciones sociales y para “mejorar las condiciones de vida de los trabajadores”.
Entre otros asuntos, el texto firmado por los presidentes de CEOE y Cepyme, Juan Rosell y Antonio Garamendi, y los secretarios generales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, contempla cláusulas de revisión salarial abiertas a la redacción de las partes negociadoras en los convenios e insta a impulsar la renovación y actualización de los convenios, articulando reglas sobre vigencia, ultraactividad y procedimiento negociador.