A lo largo de la presente crisis, la Comunidad de Madrid y Cataluña han seguido rumbos divergentes en lo tocante a sus decisiones de política tributaria. Mientras que en la región de la capital de España se han aprobado sucesivas rebajas de impuestos, la Generalidad ha apostado por revisar al alza la presión fiscal.
En términos de recaudación, los ingresos fiscales que recogió Madrid en 2008 fueron de 76.249 millones de euros, mientras que Cataluña recaudó en caja 36.519 millones de euros. Comparando estas cifras con 2014, vemos que Madrid vio aumentar sus ingresos hasta los 83.212 millones de euros, mientras que en Cataluña se redujeron hasta los 36.267 millones de euros.
Estamos, por tanto, ante una senda divergente en cuestión de tipos fiscales y de recaudación. Mientras Madrid bajó impuestos, sus ingresos aumentaron un 9,1%. Sin embargo, mientras Cataluña aumentó la presión fiscal pero vio caer un 0,7% su recaudación.
La prueba del algodón: el IRPF
Más notable aún es lo que ha pasado con el IRPF. En 2014, Madrid ingresó 28.738 millones de euros por este concepto, frente a los 24.762 millones del año 2008. Por el contrario, el IRPF supuso en Cataluña unos ingresos de 14.754 millones en 2014, por debajo de los 15.239 millones de 2008.
Si los datos generales de recaudación ya apuntaban una clara divergencia, el IRPF se erige como la “prueba del algodón” para comprobar el desempeño de ambas regiones bajo políticas tributarias de signo opuesto. Y es que, entre 2008 y 2014, Madrid bajó este gravamen pero ingresó un 16% más, frente a la caída del 3% que experimentó Cataluña coincidiendo con una revisión al alza de dicho tributo.