Los trabajadores españoles dedican a lo largo de su vida laboral alrededor de 18 años de salario íntegro al pago de impuestos, y el equivalente a nueve años más después de la jubilación hasta los 83 años, según el informe “Día de la liberación fiscal 2016” del think tank Civismo.
Este esfuerzo salarial, más del doble que los 6,4 años que dedican los españoles de media a la compra de una vivienda durante su vida en activo, según los registros del Banco de España, asciende a 456.571 euros, teniendo en cuenta una vida laboral desde los 16 años, un hijo y una evolución salarial dentro de la media. Desde los 65 años, la carga fiscal sigue sumando hasta el pago de otros 128.655 euros.
Así pues, considerando toda la vida del contribuyente, la contribución media asciende a 585.226 euros, el equivalente a todos los ingresos percibidos durante 27 años. De este modo, la edad a partir de la cual un contribuyente ya habría cumplido todas sus obligaciones con Hacienda (Año de la liberación fiscal) se situaría en los 43 años.
Con estas cifras, el informe asegura que España tiene una carga tributaria sobre el empleo superior a la media de la OCDE. Concretamente, el impacto del IRPF y las cotizaciones sociales sobre la nómina de los trabajadores (cuña fiscal) es del 39,5 por ciento en España frente al 35,9 por ciento del promedio de los países desarrollados.
Otra forma de ver este efecto es la cuantía en la que se reducen las nóminas por el efecto de los impuestos. De cada 100 euros que paga el empresario, el ocupado de entre 16 y 24 años apenas cobra 68, mientras que entre los 25 y los 34 años, la retribución neta se queda en 64 euros.
Entre ocupados que tienen de 35 a 44 años, la cuña fiscal deja el salario en 61 euros, y a partir de los 45 años, apenas reciben 60 euros por cada 100 de coste laboral.
El informe muestra también que a medida que los contribuyentes van teniendo hijos apenas hay cambios en su carga fiscal, de modo que “apenas hay ventajas tributarias que favorezcan la natalidad”.
Según Civismo, las subidas de impuestos aprobadas durante la crisis han tenido un efecto “especialmente duro” debido a la caída de los ingresos que han sufrido la mayoría de los trabajadores españoles.
El impuesto que más golpea a los bolsillos de los trabajadores son las cotizaciones sociales. Así, un trabajador español medio dedica 180 días de sueldo a pagar impuestos cada año, de los que 102 corresponden a cotizaciones, 37 al IRPF, 25 al IVA, 11 a impuestos especiales y 5 a otros gravámenes.
Otra de las conclusiones del informe es que la cuña fiscal que pagan las rentas de 150.000 euros brutos al año es del 48,2% en las comunidades de régimen común, y de incluso el 50,4% en el País Vasco y el 53,11 por ciento en Navarra.
Finalmente, Civismo señala que el pago de la deuda pública, que asciende al 100% del PIB, supone un “impuesto en la sombra” que equivale a 96 días de retribución al año, unos 8.220 euros más.
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