Los contribuyentes españoles dedicaron de media este año un total de 177 jornadas de trabajo al pago de impuestos, por lo que el conocido como día de la liberación fiscal llegó el pasado miércoles, adelantándose así un día respecto al año pasado, según los cálculos realizados por el think tank Civismo, que cifra en 187 jornadas los días que quedan libres para el propio contribuyente, uno más.
De ese período de sueldo dedicado al pago de impuestos, las cotizaciones sociales suponen, de media, 102 jornadas de salario, a las que se suman otras 35 por IRPF (una jornada menos que en 2017), otros 25 por IVA, 11 por impuestos especiales, y cinco más por otros tributos estatales, autonómicos y municipales como el IBI, Patrimonio, Sucesiones o Matriculación. Esto deja disponibles 187 días de remuneración libres para el contribuyente.
El desglose refleja el gran impacto que tienen el IRPF y las cotizaciones sociales. Así, de cada 100 euros que paga el empresario en coste laboral, el ocupado de entre 16 y 29 años cobra 64,11, lo que equivale a una cuña fiscal del 35,89%.
Para los trabajadores de entre 30 y 44 años, la retribución neta se queda en 62,50, mientras que los empleados entre 45 y 64 reciben de esta cantidad solo 61,66 euros.
Entre los mayores de 65 años, la fiscalidad directa se traduce en que, de cada 100 euros, se perciben 88 de forma efectiva.