Desde el 1 de enero al 3 de julio de cada año, durante nada menos que 184 días, los españoles trabajan no para tener casa, alimentarse o disfrutar de su tiempo de ocio, sino para generar los ingresos suficientes con los que pagar impuestos. Sólo a partir de esa fecha, «el día de la liberación fiscal», según el ‘think tank’Civismo, un ciudadano empieza a ganar dinero para sí mismo. El pasado año, el informe indicaba eran necesarios 130 días para satisfacer los pagos al Estado.
El Día de la Liberación Fiscal, que el gabinete navarro calcula desde hace seis años, tiene en cuenta lo que se abona por el Impuesto sobre la Renta (IRPF), las cotizaciones a la Seguridad Social, el Impuesto de Patrimonio, el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), el de Circulación, los impuestos especiales (alcohol, tabaco, electricidad, hidrocarburos, etc.), el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) y muchos otros. Y aunque el resultado medio para un español es que necesita hasta el 3 de julio para poder satisfacer todas las exigencias tributarias, «el esfuerzo fiscal varía de una Comunidad Autónoma a otra, existiendo una horquilla de hasta nueve días», según Julio Pomés, presidente de Civismo.
Según los cálculos de Cristina Berechet, jefa de investigación del ‘think tank’, «un trabajador español con un sueldo medio de 24.400 euros brutos al año destinaría 102 días a pagar las cotizaciones a la Seguridad Social, 41 días a pagar el IRPF, 25 el IVA, 11 a impuestos especiales y cinco a otros impuestos. En total, dedicaría 184 días de su trabajo (15.988 euros) a pagar a la Administración».
Por si fuera poco, y según explica el informe presentado en Madrid, «lo que la mayoría de los trabajadores desconocen es que la empresa cotiza a la Seguridad Social el equivalente a 84 días de trabajo, 7.296 euros por encima del salario bruto. Esto significa que el valor real del trabajador (o el coste laboral para la empresa) asciende en realidad a 31.696 euros».
A la espera de la aprobación de la Reforma Fiscal del Gobierno, y teniendo en cuenta que en el último ejercicio no se han aprobado nuevas alzas tributarias, Civismo estima que «este año el Día de la Liberación Fiscal se celebrará el mismo día que en 2013».
Sin embargo, las subidas de impuestos de los últimos cuatros años «sitúan el Día de la Liberación Fiscal en máximos históricos. Las alzas fiscales habrán supuesto en total 9 días de trabajo y un coste de 747 euros por empleado: 116 euros atribuibles a las subidas del IRPF (estatal y autonómico), 193 euros correspondientes a la subida del IVA de 2010, 370 euros a la subida de IVA de 2012 y 68 euros a otros impuestos como el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), el Impuesto de Circulación o los impuestos especiales (gasolina, electricidad, alcohol, etc)».
El documento explica que «sí bien la media española se sitúa en el 3 de julio, el esfuerzo fiscal varía de una CCAA a otra», con una horquilla de hasta nueve días «entre el País Vasco (la CCAA con el menor esfuerzo fiscal) y Cantabria y Cataluña (las dos CCAA con mayor esfuerzo fiscal)».
¿En qué se traduce? Pues que para «un ciudadano medio español, vivir en Cataluña o Cantabria costaría nueve días más de trabajo al año y 737 euros extra en comparación con un residente del País Vasco». Principalmente porque en éstas el IBI está muy por encima de la media. Además, «el Impuesto de Circulación, el de Venta Minorista de Hidrocarburos y el Impuesto sobre la Renta también son generalmente más elevados en estas dos CCAA».
En cambio, destaca Berechet, en el País Vasco, el Día de la Liberación Fiscal se celebra siete días antes que la fecha media nacional, y ello, exclusivamente, gracias a que por el régimen foral los vascos se ahorran 468 euros en el IRPF.
Las diferencias también son notables en función de los ingresos. Así, una persona que gana 15.500 euros (el sueldo más común en España) necesita trabajar hasta el 16 de junio.
Una que ingrese algo más, 19.300, el salario mediano, 10 días más, hasta el 26 de junio. Si se trata de un salario de 24.400 euros (la renta media) sería el mencionado 3 de julio. En cambio, para ingresos superiores, como por ejemplo 40.000 o 100.000 euros se llegaría al 9 y al 7 de julio respectivamente.
«A partir de un cierto nivel de renta, como las cotizaciones a la Seguridad Social tienen un tope máximo, el esfuerzo fiscal de los trabajadores se reduce en dos días, del 9 de julio, en el caso de una persona que gana 40.000 euros, al 7 de julio para una persona con un sueldo bruto de 100.000 euros», destaca el documento. Por lo que «hay 23 días de diferencia entre un mileurista y un trabajador acomodado».
El objetivo de cuantificar los impuestos pagados e identificar la «liberación, explicó Pomés, es que «los políticos sean conscientes de cada euro que se gasta y que cada contribuyente sea consciente de lo que cuesta el Estado de Bienestar». Para facilitar que los ciudadanos sepan hasta cuándo tienen que trabajar para poder cumplir con sus obligaciones con Hacienda, Civismo ha creado este año una calculadora ‘on line’, una sencilla herramienta.
¿Cómo afectará la reforma fiscal recién anunciada? Aunque es pronto para conocer todos los aspectos de la misma, Berechet señaló que «teniendo en cuenta todos los puntos, esto es, a partir de 2016, calculamos que la liberación fiscal se adelantará 9 días, hasta el 26 de junio, similar a lo que había antes de la llegada del PP», concluye Berechet.