Los castellanos y leoneses trabajan 185 días al año para pagar impuestos
3 de julio de 2014
Por admin

Los castellanos y leoneses trabajan desde el 1 de enero hasta el 4 de julio para pagar sus obligaciones económicas con la administración pública, concepto en el que se incluye no sólo el IRPF, sino también el IVA de los productos que consumen, los impuestos municipales de bienes inmuebles y circulación, así como sus cotizaciones a la Seguridad Social.Así, los ciudadanos de la comunidad deben trabajar 185 días. La media de los españoles no quedará liberada de esa pesada carga hasta hoy, 3 de julio. Los catalanes, al igual que los cántabros, los más sufridos en esta cuestión, aún no han alcanzado el «día de la liberación fiscal» y deberán trabajar algún tiempo más para el Estado: exactamente hasta el 7 de julio.

Presión fiscal

Estas fechas y los cálculos que se esconden detrás de ellas forman parte de un estudio presentado ayer en Madrid por el ‘think tank’ Civismo, formado por un prestigioso grupo de empresarios, profesionales y académicos, de ideología neoliberal. El trabajo ha analizado la presión fiscal que soportan los españoles y el tiempo que deben dedicar de su trabajo pagar impuestos y que parte del mismo va directamente a su bolsillo. En la práctica, día arriba o abajo, el estudio demuestra que un español con ingresos medios tiene que trabajar medio año para Hacienda. En suma, el documento presentado ayer por el grupo Civismo da carta de naturaleza científica a aquella frase que pronunció hace ya más de una década el popular torero Jesulín de Ubrique: «Cada vez que salgo a la plaza –dijo el propietario de Ambiciones–toreo un toro para mí y otro para Hacienda».

Así, y según el informe presentado por la jefa de investigaciones de Civismo, Cristina Berechet, de media en España invertimos 102 días de trabajo en el pago a la Seguridad Social, 41 días para el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), 25 días para el IVA, 11 para los impuestos especiales y cinco días para otros impuestos de carácter municipal como el de circulación o el de Bienes Inmuebles (IBI). De este modo, para un sueldo bruto medio anual de 24.400 euros, casi 16.000 son para pagar a la administración.

En el caso de Castilla y León, el IRPF para 2014 se mantiene entre el 24,75% y el 52% –el tramo estatal más el autonómico–, por lo que un trabajador medio paga 3.628 euros por este concepto, una de las cuotasmás frecuentes entre las comunidades de régimen común.

Sin embargo, es una de las que más paga por la gasolina, como consecuencia del ‘céntimo sanitario’, ya que aplica el máximo recargo: 4,8 céntimos de euro por litro. También mantiene el impuesto sobre el Patrimonio aplicando la tarifa estatal que varía del 0,2 al 2,5%.

La tarifa

Civismo recomienda a la Junta «deflactar la tarifa del IRPF y aumentar los mínimos familiares para contrarrestar la pérdida de poder adquisitivo generada por la inflación». Delmismomodo, estiman oportuno «derogar el ‘céntimo sanitario’ y el Impuesto sobre el Patrimonio», para que el número de días que tenga que trabajar un castellano y leonés para saldar sus cuentas con el Estado se reduzca.

Según los autores, la normativa del IRPF vasca permite que los habitantes de esta comunidad paguen menos, fruto de la subida radical aprobada por Mariano Rajoy en diciembre de 2011, nada más asumir el control del Gobierno. En el lado opuesto, los 9 días de trabajo adicional que deben dedicar los catalanes a pagar impuestos, también coinciden con la realidad del IRPF. En esta comunidad, la Generalitat de Artur Mas decidió aplicar un gravamen adicional de hasta 4 puntos, para intentar tapar sus graves problemas de déficit público.

En la presentación de las conclusiones de este informe, el economista Pedro Swartz no dudó en criticar el último proyecto de reforma fiscal. «Tenemos –dijo– un presidente del Gobierno que no se quiere enterar de lo que pasa en Hacienda, y la ha dejado en manos de un socialista, Cristóbal Montoro, que ha subido los impuestos sin reducir el gasto y ahora se dedica a enturbiar las aguas para que no nos enteremos de lo que prepara».

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