El think tank Civismo publicó ayer su tradicional informe anual sobre el Día de la Liberación Fiscal, que para un asalariado medio y para el conjunto de España con suerte se viene produciendo por estas fechas. Los navarros tendremos que esperar un poco más gracias al gobierno de las ikurriñas y el cambio. Como seguramente todo el mundo sabe, la liberación fiscal es el día del año en que dejamos de trabajar para pagar impuestos y peajes gubernamentales y empezamos a trabajar para llenar nuestra nevera. Pero, ¿no estamos a finales de junio? ¿No significaría eso que la mitad de lo que gano es para pagar impuestos? No puede ser, si yo no soy rico. Pues así es, aunque sólo sea usted un asalariado promedio: consuélese pensando que no tiene un coche diésel o que puede votar cuando le deja Pedro Sánchez o cada cuatro años. Estos son los desgloses y los datos.
Resulta difícil contener la tentación de relacionar esta información con una noticia que publicaba libremercado.com hace unos días. Tras las rebajas de impuestos propulsadas por Trump y aporbadas por el Congreso de los EEUU a finales del año pasado, el resultado en el mes de abril fue un crecimiento de los ingresos fiscales del 12%, respecto a abril del año pasado. Desde luego se trata de datos todavía muy preliminares pero que una vez más nos conectan con la famosa formulación de la Curva de Laffer, en virtud de la cual se puede recaudar más bajando impuestos y no siempre que se suben los impuestos crece la recaudación.
A su vez, resulta irresistible relacionar lo anterior con lo que dijo Uxue Barcos hace unos días durante la entrevista que concedió a Navarra Televisión. En aquella entrevista la presidenta Barcos se opuso firmemente a cualquier bajada de los impuestos y, por el contrario, subrayó la necesidad de erradicar “la gran mentira” de que se pueden “ofrecer servicios nórdicos con impuestos de rebajas”. Parece que Barcos no ha oído hablar nunca de la Curva de Laffer, o que para poder pagar impuestos nórdicos primero hay que tener salarios nórdicos, pero la curva existe y funciona. Por otra parte, los ingresos de la Hacienda Foral, por la recuperación económica, habían recomenzado a subir con fuerza antes de la llegada al poder del cuatripartito y de su subida fiscal. De hecho, pese a las subidas de impuestos, los ingresos forales se desplomarán en cuanto llegue la próxima recesión.
La Curva de Laffer explicada para presidentas de gobiernos autonómicos podría compararse a lo que sucede cuando uno vende zapatos. Alguien podría pensar que cuanto más suba el precio de los zapatos más ganará. Pues no, porque subiendo mucho el precio llega un punto en que se venden menos zapatos y se gana menos. En cambio, bajando el precio es posible vender más zapatos y ganar más aunque el precio sea menor. La Curva de Laffer funciona de modo similar. Obviamente no siempre que se baja el precio de los zapatos se gana más, sino que hay un mínimo a partir del cual esto deja de ser así, igual que hay un máximo a partir del cual no se gana más subiendo el precio, por eso hablamos de una curva. Barcos diría muy seria y con cara de enfado que todo esto es imposible y que es una falacia decir que se puede ganar más dinero bajando el precio de los zapatos, pero obviamente Barcos viene de presentar Teleberris y no de vender zapatos y hay cosas que tampoco le explica Joseba Santamaría.
Como a pesar de todo más vale tarde que nunca, feliz Día de la Liberación Fiscal.