De acuerdo a un informe elaborado por la Fundación Civismo, la recaudación fiscal al sector del juego en España creció un 3% entre los años 2013 y 2019.
En el estudio se recoge un desglose de la recaudación por regiones en 2019, año en el que Cataluña se situó como la Comunidad Autónoma con mayor recaudación, el 20,8% del total nacional con 225 millones de euros; seguida por la Comunidad Valenciana, con 158 millones recaudados y el 14,7%, Andalucía y Madrid, con 157 y 148 millones respectivamente.
Los autores del informe aseguran que los tributos sobre el juego son ineficaces por tratarse el juego de una actividad con demanda inelástica; es decir, que el usuario mantiene su nivel su gasto en juegos y apuestas independientemente de lo alto que sea el tipo de gravamen aplicable.
Por eso, afirman que “el establecimiento de tributos resulta ineficaz como medida regulatoria” y abogan por medidas más efectivas, como por ejemplo las que se adoptaron el 31 de marzo de 2020 y se prolongaron durante el Estado de Alarma. El fin último de éstas fue restringir la publicidad y las acciones comerciales de las empresas de juego y apuestas en España.
La industria del juego y su contribución al producto interior bruto
Según detalla el informe, el gasto de juego en España equivalió al 0,8% del PIB en 2019, alcanzando los 9870 millones de euros, mientras que el segmento online incrementó sus ingresos un 7% anualmente – en relación a 2018 – hasta rozar los 750 millones de euros, siendo la casa de apuestas deportivas y el casino las verticales dominantes entre los jugadores internautas.
La principal conclusión del estudio de la Fundación Civismo es que “con el creciente peso de la modalidad online, las limitaciones nacionales que se imponen al juego de forma aislada carecen de eficacia” y que “la tributación sobre el juego no es neutral, porque la mayor o menor carga impositiva que los sujetos tienen que soportar hace que las empresas se localicen en un territorio u otro”
Por ello, aseguran que “la intervención del sector público debería limitarse a establecer tributos como consecuencia del incremento de la capacidad económica derivada de las ganancias del juego, mediante un impuesto que grave esta plusvalía en lugar de uno sobre el consumo”
Un panorama distinto desde el inicio de la pandemia
Desde marzo del pasado año, la cancelación de competiciones deportivas ha provocado que los operadores de juego sufran una gran caída de ingresos, como la está sufriendo el fútbol profesional en España. Según la consultora PricewaterhouseCoopers, los ingresos de los equipos de fútbol de primera y segunda división han descendido 2013 millones de euros hasta hoy.
El impacto durante la 2019/20 fue algo menor, de 366 millones de euros, pero esta temporada los clubes han visto sus ingresos derrumbarse 1640 millones. En el informe de PwC se estima que, en caso de que se permita al público volver a los estadios, las pérdidas totales rondarán los 825 millones, pero superarán los 1000 millones de euros si se mantienen las actuales restricciones.
Desde PwC indican que, en los días con partidos, los clubes perdieron un 17% de sus ingresos normales en la temporada 2019/20, mientras que en la 2020/21 la disminución está siendo del 71%. Además, los ingresos por derechos televisivos han caído 146 millones en ambas temporadas conjuntamente y el gasto en publicidad ha retrocedido hasta un 13% desde la 2018/19.