España no es el paraíso fiscal que todo padre o madre soñaría. Lejos de las ayudas y las políticas favorables al aumento de la natalidad, las familias españolas están entre las más castigadas de Europa. Así lo explica el último informe de Civismo, un Think Thank que trabaja para fomentar la participación e influencia del debate público.
Una persona contribuyente con un sueldo medio de 33.984 euros y dos hijos paga en España cinco puntos menos de fiscalidad directa que una declarante que no tiene descendencia. Esta reducción es la más inferior de los países del entorno, por debajo de Italia (15,5%) y Portugal (9,7%).
Los que más deducciones fiscales tienen son los irlandeses y los daneses con un 41 y 27 puntos respectivamente. En el cómputo total, España se alza como el país con menos ventajas fiscales para las familias con una cifra tres veces por debajo de la media del -16.4% que se observa en los 15 países analizados.
Más allá de las rebajas fiscales, el esfuerzo real que hacen los españoles para pagar sus impuestos es el tercero más elevado si lo comparamos con el sueldo medio de cada país. Madres y padres dedican un 34% de su salario neto a pagar el IRPF y otras cotizaciones, por debajo del 36,7% francés y el 36% belga.
Es especialmente notable el caso de Irlanda dónde las familias recibenimpuestos negativos por tener hijos, transferencias fiscales que funcionan como bonificaciones. Este esquema de deducciones se repite en Irlanda, el Reino Unido y Luxemburgo en el caso de madres y padres solteros, pudiendo llegar a percibir entre 7.000 y 800 euros, según el país de pertenencia y las condiciones laborales.
El escenario choca con la situación de España dónde un soltero con dos hijos y un sueldo de 26.000 euros brutos puede ver sus cuentas reducidas casi 4.000 euros y acabar con un sueldo neto de hasta 22.000, según la comunidad autónoma en la que viva. Ya que no es lo mismo tener dos hijos en el País Vasco que en Navarra.
Los impuestos a pagar pueden variar hasta 842 euros anuales según el lugar de residencia. Asturias y Euskadi son las zonas donde se les brinda un mejor trato. En el otro de la balanza Castilla y León y Navarro son las comunidades autónomas con un tipo impositivo más elevado.