España castiga fiscalmente a las rentas medias mientras que favorece a las altas y bajas
4 de noviembre de 2015
Por admin

Las rentas medias en España son las que pagan un mayor tipo impositivo real. Y es que mientras que la progresividad del sistema parece funcionar en los primeros tramos renta, sin embargo en los más altos el sistema se vuelve incluso regresivo, por lo que las rentas más altas terminan pagando un tipo impositivo real menor (siempre en porcentaje) que las rentas medias.

Así lo confirma el informe Taxing Wages 2015 de la OCDE y el documento ‘Un marco fiscal para el empleo’ del think tank Civismo. La rigidez de las contribuciones a la Seguridad Social parece ser la culpable de esta falta de progresividad del marco fiscal sobre el empleo en España.

Como destaca el documento del think tank español, «el tipo impositivo real (IRPF, contribuciones a la Seguridad Social de la empresa y del empleador) refleja una gran progresividad en los primeros niveles de renta, subiendo desde el 27,99% para un trabajador que no llega a mil euros al mes hasta el 44,1% para un sueldo bruto anual de 43.000 euros. A partir de este nivel, el tipo impositivo real es regresivo: de modo que el tipo baja hasta el 42,69% para un sueldo bruto de 100.000 euros», señala dicho documento.

Esto sucede porque las contribuciones a la Seguridad Social (SS) tienen un tipo impositivo único, al contrario que el IRPF que tiene un tipo mayor a medida que se va escalando en los tramos de renta. Esto provoca que las rentas más bajas se vean obligadas a pagar el 36,25% a la SS, 29,9% lo paga el empleador y el 6,35% lo aporta el trabajador.

Sin embargo, estas cotizaciones tienen un límite máximo, «las rentas que sobrepasan los 3.606 euros mensuales brutos (43.272 euros brutos anuales) únicamente pagan hasta este nivel, de forma que ningún contribuyente puede cotizar más de 15.686 euros anuales a la seguridad social. Como consecuencia, las rentas más elevadas se ven beneficiadas por este sistema, ya que aunque se sigue pagando el Impuesto sobre la Renta, en conjunto, el tipo impositivo real se reduce para determinados tramos de renta».

Mientras que las rentas más bajas se benefician de un IRPF inexistente y las altas del tope establecido como contribuciones a la Seguridad Social, las rentas medias soportan tanto el Impuesto sobre la Renta como las cotizaciones a la SS, siendo así las que tienen que tributar un mayor tipo impositivo real.

 

Según la OCDE

Estos datos quedan contrastados con el último informe de la OCDE (datos de 2014) sobre salarios, costes laborales y los impuestos al trabajo mencionado en párrafos anteriores. El documento muestra el porcentaje del salario bruto que se marcha entre cotizaciones a la SS (trabajador y empresa) e Impuesto sobre la Renta. En España un trabajador casado, con dos hijos y que gane el salario medio pierde un 34,9% de sus ingresos en el pago de estos impuestos. Otro empleado en las mismas condiciones pero con un salario un 33% por encima de la media paga un 36,5%, mientras que si el salario es un 67% por encima de la media aporta un 37,6%.

Otros países muestran un sistema mucho más progresivo que el español. En Australia un empleado, casado, con dos hijos y que gane el salario medio de ese país aporta un 17,5%, uno que ingrese un salario un 33% superior paga un 21% de su salario bruto y otro que tenga un sueldo un 67% superior a la media da un 25,6%, estos datos son prácticamente iguales a los presentados por Canadá.

Un extremo quizá es Bélgica, donde la progresividad crece con mucha fuerza en las rentas más alta. Un trabajador casado, con dos hijo y un salario igual a la media del país aporta un 40,6% de su salario bruto. Si su sueldo es un 33% superior a la media da un 41,8%, mientras que si un 67% superior la cantidad que aporta asciende hasta el 48,4%.

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