La capacidad normativa de las autonomías para ajustar los impuestos cedidos por el Estado ha dibujado un escenario muy desigual en la geografía española. En líneas generales, el ciclo económico y las diferentes políticas de los Gobiernos regionales ha incrementado la brecha fiscal entre las comunidades. Pero, ¿hasta qué punto se pagan más impuestos en uno y otro territorio?
Para responder a esta pregunta es habitual recurrir a la presión fiscal, que se calcula dividiendo la recaudación total entre el Producto Interior Bruto.
Pero este indicador, que sitúa a Asturias y Cantabria como las autonomías con mayores pagos y a Canarias y Navarra en el otro extremo del ránking, no está exento de polémica, pues muchos expertos defienden que la presión fiscal a veces tiene poco que ver con bajadas o subidas de impuestos. Ponen sobre la mesa la influencia en el resultado de la caída o la subida de la recaudación en un determinado momento por el ritmo de crecimiento del PIB y por la economía sumergida, de forma que no pueden confundirse ingresos fiscales bajos con gravámenes igualmente bajos. Así, no tiene en cuenta las posibles diferencias en la evolución económica entre CCAA o en su población.
Aquí es donde entra en juego otra aproximación para responder a la gran pregunta sobre el mayor o menor pago por autonomías: el esfuerzo fiscal, conocido también como índice de Frank, que divide la presión fiscal por el PIB per cápita de cada región.
El indicador suscita asimismo mucho debate: unos critican que mezcla conceptos distintos y otros que es simplista porque los esfuerzos fiscales más bajos se corresponden casi automáticamente a las mayores rentas per cápita. Como derivada de este último punto, el esfuerzo fiscal será alto en regiones con el PIB por habitante es bajo, incluso aunque la presión fiscal no sea excesivamente elevada.
Resultados
No obstante, a falta de más estadísticas sobre esta materia, esta medición sí da otra idea del peso de los impuestos en el bolsillo de cada español según el lugar en el que esté empadronado. Sus resultados, según los cálculos realizados por el think tank Civismo, sitúan a Extremadura como la autonomía con mayor esfuerzo fiscal, con un índice del 0,36 puntos. Le siguen Andalucía (0,33), Castilla-La Mancha y Murcia, empatadas con un 0,30, muy por encima del 0,25 de media nacional. También quedan por encima de ese registro Cantabria (0,29), Comunidad Valenciana, Asturias y Galicia, las tres con un 0,28.
En el otro lado de la balanza, el menor esfuerzo fiscal corresponde al País Vasco y Navarra, ambas con el 0,18. Y a continuación se colocan Madrid y a Cataluña, con el 0,19 y el 0,21 respectivamente. Las cuatro son las regiones con mayor renta per cápita bruta disponible. Completan el grupo de comunidades con valores inferiores a la media Aragón (0,22), La Rioja (0,23), Baleares y Canarias, ambas con un 0,24 pese a que, en este último caso, la renta por habitante es una de las más bajas de España.