Todos los años, en base a la carga tributaria que aplican las autonomías, así como el Estado, Fundación Civismo, de la mano de uno de nuestros investigadores principales, Javier Santacruz, fija lo que se conoce como el Día de la Liberación Fiscal. Dicho día, el cual puede generar confusión en lo que a su nombre se refiere, muestra el día que, en base a un cómputo y distribución de los impuestos que pagan los contribuyentes, aplicando el filtro de las autonomías, el contribuyente medio en cada territorio cumple con todas sus obligaciones ante Hacienda -pagando todos los impuestos que le corresponden-.
Así, el 26 de junio, como refleja el informe realizado para este ejercicio, el ciudadano español medio deja de trabajar para el Estado, como se dicen comúnmente, pasando a trabajar para él.
En este sentido, hablamos de que, en este 2020, los españoles han dedicado 178 jornadas laborales al pago de impuestos. Un resultado que arroja el estudio y que, en contraste con años anteriores, adelanta el Día de la Liberación Fiscal una jornada; no obstante, debiendo tener en cuenta que dicho adelanto se produce por el hecho de que el año vigente es un año bisiesto. Por lo que, descontando dicha condicionalidad, estamos hablando de un Día de la Liberación Fiscal que, en contraste con los resultados que arrojaba el estudio en 2018 y 2019, se mantiene relativamente estable; reflejando de esta forma una carga tributaria que, de acuerdo con los cálculos realizados, se ha mantenido estable en los últimos tres años.
Por otro lado, si aplicamos la distribución de las jornadas que trabajamos durante este año, mientras que las jornadas dedicadas al pago de impuestos se ha fijado en las 178 jornadas, las que restan como ingreso disponible para el contribuyente español se han fijado en los 188; así hablamos de una paridad, lo cual muestra esa excesiva carga fiscal de un país que, atendiendo a los datos que arroja el informe, obliga a sus contribuyentes a destinar cerca del 50% de las jornadas laborales realizadas durante el año al pago de impuestos. Esto impide que se destine dicho capital al ahorro, así como a otra serie de utilidades que, ante la imposibilidad de hacerlo, deben afrontarse con el 50% de los días que restan del año y que quedan disponibles para el uso y disfrute del contribuyente.
Sin embargo, pese a todo, aunque estemos hablando de un Día de la Liberación Fiscal que se ha mantenido estable durante los últimos tres años, los preocupante de este estudio -y que mostrará la edición próxima en 2021- es la carga fiscal futura a la que podría verse sometido el contribuyente medio en el país.
Como vemos, hablamos de una carga fiscal que ya es elevada, pero si atendemos al deterioro que experimenta la economía española, en un escenario en el que la deuda, así como el déficit, pretende dispararse hasta niveles desorbitados, podríamos estar ante una situación en la que, debiendo esperar a ver la reacción de nuestros políticos en la aplicación de políticas públicas que a impuestos se refieran, el número de días trabajados para el Estado, a diferencia de años pasados, podría llegar a superar a los días disponibles. Esto implicaría someter al contribuyente medio en el país a destinar el capital de más de medio año de trabajo al pago de impuestos.
OCDE
Así, como vemos, y pese a las declaraciones que realizan determinadas facciones dentro del Gobierno, el estudio refleja una situación que, precisamente, no concuerda con esos mensajes tan repetidos por el Gobierno en los que se trata de hacer ver a la población española de que en España se pagan pocos impuestos. De hecho, si atendemos a la propia cuña fiscal que establece la OCDE anualmente, la cual se mide para todos los países miembros, hablamos de que España, con un 39,4% de cuña fiscal, se encuentra muy por encima de la media que reflejan los países miembros de dicho organismo; dado que esta se sitúa en el 36%. De esta forma, confirmando lo que anteriormente comentábamos.
Por tanto, debemos ser conscientes de esta situación. Pues, atendiendo al discurso emitido por el Gobierno de Podemos y PSOE, el deseo político en estos momentos es el de que los ciudadanos españoles paguen más impuestos para tratar de corregir la deteriorada situación, así como los grandes desequilibrios existentes y que se han ido ensanchando con los efectos derivados de la pandemia.
Una mayor carga tributaria que, computando la tasa Tobin, la tasa Google, las subidas en el IRPF, la comisión para la reducción de la economía sumergida, así como la propia Tasa Covid, llevaría a los ciudadanos españoles a tener que pagar una mayor carga de impuestos que, atendiendo a la distribución de estos en la población, así como a los indicadores que muestra la Unión Europea (UE) al analizar el objetivo perseguido por el Gobierno de homogeneizar la fiscalidad con los países del bloque comunitario, podría recaer sobre unas clases medias que, como refleja el estudio, ya se encuentran intensamente sometidas.
Debido a esta situación, es importante resaltar estudios que, como el realizado por Fundación Civismo, tratan de desmitificar y desencriptar una información que, en clave tributaria, resulta muy compleja de entender para ese contribuyente medio que, de igual forma, debe pagar sus impuestos año tras año. Asimismo, como refleja el informe realizado desde la Fundación Civismo, no podríamos acabar que, en términos monetarios, el coste total de los impuestos, sobre un salario medio que se sitúa en los 25.123,99 euros, es de 15.944,03 euros. Con estos datos en la mano, si dividimos el salario medio en 12 pagas, obtenemos que la nómina de 7 meses y medio de trabajo, en estos momentos, es propiedad del Estado; de nosotros depende que dicha cuantía no siga ascendiendo indefinidamente.