Este año, los andaluces habrán trabajado de media un total de 178 jornadas, dos menos que en 2019, para el pago de todas las obligaciones tributarias en 2020, con el IRPF y las cotizaciones a la Seguridad Social a la cabeza (sólo estas dos requieren 137 días). El think tank liberal Fundación Civismo sitúa hoy para los andaluces el que denomina Día de la Liberación Fiscal, igual fecha que para el esfuerzo fiscal medio en España. Las razones -apuntan- hay que buscarlas en una bajada «significativa» en 2020 en Andalucía en el IRPF, el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, y en el de Transmisiones Patrimoniales. Andalucía es junto a La Rioja y Galicia donde el contribuyente de entre 45 y 64 años sin hijos tiene una menor presión fiscal, señala el informe que dirige el economista Javier Santacruz y avala la convergencia fiscal de Andalucía con la media nacional. En ese nivel estarían las familias en edad laboral adulta (45 y 64 años) y las más jóvenes, después de ver rebajado medio punto en el IRPF. Por primera vez -sostiene el informe- las familias de renta media en Andalucía van a disfrutar de una tributación efectiva menor que la media nacional, situación que también beneficia a los contribuyentes de rentas altas. Así, el tipo aplicable en rentas de 150.000 euros anuales ha bajado tres puntos en 2020 respecto a la media de años anteriores, aunque supera en 4 puntos al de comunidades como Madrid.
La Fundación Civismo realiza sus estimaciones sobre el esfuerzo fiscal a partir de un salario medio de 25.123,99 euros al que asigna un coste laboral total de 32.636,06 euros (7.512 de cuota patronal) en tanto que otros 1.595 son la contribución del trabajador a la Seguridad Social; el IRPF supone el pago de 3.212,36 euros; el IVA, otros 1.960,05, 896,78 los Impuestos Especiales y 767,40 euros los cedidos totalmente, autonómicos y municipales. El coste total de la factura fiscal se eleva a 15.944,03 euros. De cada 100 euros que paga el empresario en coste laboral, el trabajador de entre 16 y 29 años cobra 64,03; el de entre 30 y 44 años, apenas 62,41 euros; el de entre 45 y 64, solo 61,58 euros, y los mayores de 65 años, sin la carga de cotizaciones sociales, ingresan 87,69 de forma efectiva. Los efectos de la subida del salario mínimo en 2019 han perjudicado fiscalmente, asegura el informe, a la población más joven (16-29 años) porque el aumento anual de salario de 564,29 se ve penalizada en la reducción por rendimientos del trabajo, lo que hace que la repercusión en el IRPF -736,54 euros- resulte más elevada que la mejora salarial. El tratamiento fiscal en el caso de trabajadores en Erte puede traer una factura añadida en el IRPF de 2021 por haber tenido dos pagadores -empresa y Seguridad Social-, tendrán que realizar su declaración de IRPF en 2021.
También en un futuro próximo, la Fundación Civismo estima que la subida de impuestos por culpa del aumento de la deuda pública -en el entorno del 115% sobre PIB- repercutirá en un coste fiscal per cápita de 365,52 euros más cada año, el equivalente a cinco días de salario.