En 2019 los cántabros habrán trabajado de media un total de 184 jornadas para cumplir con sus obligaciones tributarias. Ésa es la principal conclusión del estudio elaborado por Civismo, que cada año calcula el Día de la Liberación Fiscal. En el caso de Cantabria, es la segunda autonomía que más tarda en satisfacer sus obligaciones con el fisco, por lo que la ansiada fecha llegará para los contribuyentes el 3 de julio.
A nivel nacional, según la mencionada organización, el pago de los impuestos finaliza el 27 de junio. Las cotizaciones sociales suponen, de media, 103 jornadas de salario, en lo que constituye una de las mayores novedades respecto al año pasado, cuando se cifraban en 102. «Este incremento se debe a la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) hasta los 900 euros», explica Civismo.
El pago del IRPF, por el contrario, precisa de 34 días, uno menos que en 2018, «gracias a medidas tomadas por la Administración Central y por las comunidades autónomas. Así, el aumento de las reducciones en base para las rentas más bajas y algunas disminuciones de impuestos regionales han logrado compensar, a nivel tributario, el efecto de la antedicha subida del SMI. Por medio de este cambio de distribución en el peso de los impuestos, el 27 de junio se mantiene como el Día de la Liberación Fiscal, el mismo que el año anterior».
En cuanto al resto de gravámenes, permanecen inalterables en lo que se refiere al número de jornadas necesarias para liquidarlos. «25 para el IVA; 11 para Impuestos Especiales; y cinco más por la categoría de Otros, que incluye el IBI, Patrimonio, Sucesiones o Matriculación». No sólo eso. «De este desglose se deduce el gran impacto que tienen el IRPF y las cotizaciones sociales».
Así, de cada 100 euros que paga el empresario en coste laboral, el ocupado de entre 16 y 29 años cobra 66,55, hasta el mínimo de 61,66 euros entre 45 y 64 años.