Un asalariado medio emplea 124 días al año, hasta el 4 de mayo, en pagar impuestos, según un estudio del think thank Civismo
Por S.E.
Hoy, 4 de mayo llega a España el Día de la Liberación Fiscal. Tras 124 días, los miles de asalariados españoles dejarán de trabajar para pagar sus impuestos y habrán podido cumplir con todas sus obligaciones tributarias. El «Tax Freedom Day», como se conoce a este día en el mundo anglosajón, es la fecha en la que los ciudadanos habrían generado suficientes ingresos como para cubrir sus obligaciones tributarias. A partir de entonces ya no se trabaja para Hacienda, sino que se empiezan a generar ingresos para uno mismo. El Día de la Liberación Fiscal traduce la presión fiscal en el número de días que necesitan los trabajadores para pagar sus impuestos directos e indirectos, así como las cotizaciones a la Seguridad Social. Según un estudio realizado por el «think tank» Civismo, un trabajador que gane el sueldo medio (24.400) euros brutos al año estaría destinando 54 días al pagar el IRPF, 27 al IVA, 23 a la parte de la Seguridad Social que sale del salario bruto del empleado, 13 a los impuestos especiales y 7 a otros impuestos. En total, 124 días de su trabajo (o 8.261 ) se destinarían a pagar a la Administración. Además, su empresa cotizaría por él un 29,9% de su sueldo bruto (7.296 ). Esto significa que, si estas cotizaciones estuvieran incluídas como parte del sueldo bruto, el trabajador percibiría de un salario anual de 31.696 , pero trabajaría 179 días (o 15.557 ) para el Estado. Es decir, casi la mitad del año. Las dos últimas subidas de impuestos habrían costado cinco días de trabajo en total y supondrían un coste de 320 euros por empleado: 127 euros atribuibles a la subida del IRPF y 193 euros que se pueden achacar a la subida del IVA. Además, hay que tener en cuenta que desde 2007 los salarios están cayendo en tasas anuales superiores al 2%, por lo que la renta disponible después de pagar los impuestos habría descendido todavía más. Sin embargo, no sólo se han aplicado estos impuestos más evidentes, sino también otros que pasan más desapercibidos. Por ejemplo, muchos municipios han estado subiendo el IBI, que es unos de los responsables, junto a otros tributos locales, de que en Cataluña el Día del Contribuyente se retrase cuatro días frente a la media nacional.