España se ha liberado esta semana de sus grilletes fiscales con la celebración del Día sin impuestos. Una fecha metafórica que actúa como indicador de la presión tributaria de un determinado país al reflejar los días de trabajo necesarios al año para que sus ciudadanos satisfagan sus obligaciones con la Hacienda Pública, ya sea a través de impuestos directos e indirectos con el conjunto de administraciones o mediante las cotizaciones a la Seguridad Social.
Por Víctor Martínez
En 2010 (último año calculado al no disponerse todavía de la recaudación fiscal del presente ejercicio) el Día sin impuestos se celebró el 29 de abril, según los datos publicados esta semana por elthink tank Civismo. A partir de ese día- media del conjunto nacional- los españoles comenzaron a ganar dinero limpio o neto, es decir, libre de impuestos.
En total, se necesitaron 119 días de trabajo para mantener la Administración, de los que 53 se dedicaron a la central, 22 a la autonómica, 10 a la local y 32 a la Seguridad Social. La fecha varía, además, al calcular el día de liberación en las diferentes comunidades autónomas. Así, el informe del think tank denota una gran brecha entre regiones como Canarias, donde se liberaron del yugo fiscal el 13 de marzo, y Madrid. En esta última -la que más tarde consigue descargarse de impuestos por cuestiones de capitalidad (recauda más ingresos al acoger, entre otras cosas, la mayoría de multinacionales)- tendrán que arrastrar la cadena de Hacienda, por lo menos, hasta mediados del mes de julio.
En términos interanuales, el Día sin impuestos para el conjunto del país se retrasó una jornada con respecto al 2009. Un retardo de escasas 24 horas que se debió a la mayor recaudación fiscal conseguida por la subida de impuestos del Gobierno. Sin embargo, la contracción recaudatoria en otros tributos (víctima de una exigua actividad económica) alejó al registro del récord de presión fiscal de 2007. Ese año, el Tax Freedom Day (muy popularizado en los países anglosajones) cayó en 20 de mayo por los buenos ingresos fiscales que dejó la construcción.
El batacazo recaudatorio se produjo a partir de 2008 por el hundimiento de la actividad económica, lo que adelantó ese año casi un mes el Día de Liberación Fiscal. Entre 2007 y 2010 se rompieron tres de las patas que sustentan la mesa recaudatoria de la Administración pública: el IVA y el Impuesto de Sociedades se desplomaron un 26 y un 65% respectivamente, mientras que el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) cayó un 9,43%, según los datos que maneja Civismo.
Lo curioso es que el brusco cambio en la tendencia ascendente delDía sin impuestos que se produjo ese año no tuvo nada que ver con la relajación de la presión fiscal, ya que no se produjo ningún recorte significativo en los tipos impositivos que permiten calcular la supresión del yugo fiscal.
En comparación con los países del entorno europeo, España es uno de los primeros en liberarse de su presión fiscal. Lo hace dos meses antes que los países nórdicos y uno que Reino Unido. Por otro lado, Estados Unidos cumplió con sus obligaciones tributarias el 12 de abril, 17 días antes que España.