Aunque la mayor carga fiscal que soportan los trabajadores se concentra en el IRPF y el pago de cotizaciones sociales (de empresa y empleado), el IVA también tiene una elevada capacidad recaudatoria, siendo éste el impuesto indirecto más gravoso, con un tipo general del 21%.
El think tank Civismo, en su último informe sobre el Día de la Liberación Fiscal, recoge a cuánto asciende la factura anual de este particular tributo. El gasto medio de los hogares asciende a 21.233 euros para el tramo de 16-29 años, 26.269 para 30-44 años, 31.000 para 45-64 años y 23.473 para los mayores de 65 -el grupo de edad lo determina el miembro de la familia con más sueldo-. El 43,9% de ese gasto soporta el tipo general del 21%, mientras que el 33,6% lleva una imposición del 10% (tipo reducido) y el 13,6% la del 4% (tipo superreducido). Tan sólo el 8,9% del gasto de las familias está exento de este tributo.
Como resultado, las familias españolas pagan de IVA entre un mínimo de 2.786 y un máximo de 4.068 al año, en función de la menor o mayor edad del miembro sustentador del hogar.
Asimismo, medido de forma individual, los contribuyentes de entre 16 y 29 años abonan 1.328 euros al año, mientras que para los mayores de 65 este tributo supone una media de 1.616 euros.
“La presión fiscal efectiva ligada al IVA se mueve por encima del 13% en todos los grupos de edad, sin grandes modificaciones incluso si se toman en consideración las diferencias de ingresos. Esto se debe a que el IVA se trata de un gravamen en el que no se observa progresividad según nivel de renta, al no haber mínimos exentos ni tipos diferenciados. Por este motivo, siempre se habla del IVA como del impuesto regresivo por excelencia”, concluye el informe.