La semana pasada comenté cómo afecta la reforma fiscal a las rentas medias, dejando para hoy la valoración del incentivo fundamental para impulsar la actividad económica: la forma en la que se gravan las rentas de los profesionales más cualificados. Para ello, tomaremos como ejemplo una retribución de 80.000 euros. Este tipo de trabajadores resulta necesario para que las compañías puedan crecer y especializarse.
Una reducción de impuestos permite que las empresas puedan atraer capital humano de mayor valor añadido a menor coste. Normalmente, los empleados mejor pagados suelen tener muy en cuenta la fiscalidad a la hora de elegir la comunidad autónoma o el país donde trabajar por la consiguiente repercusión de los tributos en el sueldo. Vivir en una región o en otra puede suponer una diferencia de hasta 1.800 euros al año. Las líderes en menores retenciones en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas son País Vasco, Navarra, Baleares, Castilla- La Mancha, Madrid y Cantabria. La primera no ha necesitado hacer una reforma fiscal este año para colocarse a la cabeza, pero la Comunidad Foral sí ha desarrollado una fuerte rebaja de impuestos para compensar los excesos de años anteriores, y probablemente para evitar que su vecino, el País Vasco, le ‘robara’ a sus técnicos mejor formados. Las otras cuatro han realizado un esfuerzo significativo para complementar la rebaja fiscal del Régimen Común. Este descenso supone el grueso de la bajada impositiva y constituye la mayor parte de los nuevos gravámenes implantados en 2011. En este grupo, es notable el esfuerzo por apartarse de la rebaja media y ofrecer así un planteamiento fiscal atractivo.
En cambio, en el furgón de cola nos encontramos a Extremadura, Murcia, La Rioja, Andalucía, Canarias, Cataluña y Galicia. En algunos casos, estas regiones no han hecho ninguna disminución de los tipos, en otros, los consejeros de Hacienda se han comportado como una especie de ‘trileros’: han aumentado la tributación a las rentas altas para compensar la reducción de las más bajas. Es el caso de Extremadura, Murcia, La Rioja y Canarias. Sin embargo, este malabarismo tendrá poco efecto electoral ya que la considerable rebaja del Gobierno central (1.346 euros) ha convertido esta subida del tramo autonómico en algo simbólico. Esta estrategia puede impulsar la actividad de la región a corto plazo porque las rentas medias consumen la mayor parte de la misma. Las altas ahorran más, pero su atractivo puede quedar debilitado para los profesionales a medio plazo, resultando esta medida contraproducente. Por ejemplo, La Rioja, tercer lugar más atractivo para los profesionales de mayores salarios antes de la reforma, ha perdido posiciones, pasando al tercero por la cola. Finalmente, existen varias comunidades autónomas que se han quedado en una zona intermedia, bien porque han aplicado meras rebajas cosméticas, bien porque partían de unos tipos excesivos respecto a la media. Por un lado, La Rioja necesita recuperar su medalla de bronce en el ranking de fiscalidad más atractiva de 2014 para perfiles de expertos más cualificados. Por otro lado, Castilla y León,Asturias, Aragón yValencia pueden optar por ofrecer una tributación más asequible. En cualquiera de los dos casos, si una comunidad quiere convertirse en un referente para atraer a esos grandes profesionales que inducen a su alrededor una actividad de alto valor añadido, el mejor camino es adoptar un perfil diferenciado en vez de ser parte de la masa.