El IVA y el IRPF son solo algunos de los impuestos que los aragoneses deben pagar a diario, pero son los que se llevan la gran parte de sus ingresos. En concreto, según el estudio publicado por ‘think tank’ Civismo,cada trabajador aragonés dedica los ingresos de 27 años para pagar a Hacienda. Este dato es aproximado ya que se tiene en cuenta a un joven que empieza a trabajar con 16 años y que tiene una esperanza de vida de 83 años. La cifra es similar a la media nacional, aunque ligeramente más baja.
Por años, según este informe, los trabajadores de Aragón utilizarán los primeros 179 días a pagar todos los impuestos de 2016. Por lo tanto, no es hasta el 28 de junio cuando se adquiriría el sueldo íntegro. Esta jornada es conocida como el ‘Día de la Liberación Fiscal’, un término acuñado en el Reino Unido que se utiliza para mostrar el número de días que necesitan los trabajadores para pagar todos los impuestos (directos e indirectos) y las cotizaciones a la Seguridad Social.
En España este día es el 29 de junio y varía según las comunidades autónomas. Ceuta y Melilla son las que menos días están pagando impuestos (hasta el 24 de junio), a continuación se encuentra La Rioja (27 de junio) y Aragón (28 de junio). En esta posición también se sitúan Murcia y Canarias. Por su parte, Cataluña (4 de julio) es la comunidad que más carga impositiva tiene.
Estas jornadas también varían en función de la edad, y por lo tanto, los ingresos. Mientras que los ocupados de entre 16 y 24 años, el 1 de junio ya han cumplido con todas sus obligaciones fiscales; los mayores de 55 años no lo logran hasta el 5 de julio. Esto se debe a que el coste laboral medio de los más jóvenes ronda los 16.000 euros anuales y el de los mayores de 55 se sitúa en los 34.000.
¿Siempre se tarda lo mismo?
El ‘Día de la Liberación Fiscal’ en España ha ido evolucionando a lo largo de los últimos tiempos. Por ejemplo, en 2007 y 2016 se registraron las épocas en las que el montante final se terminaba de pagar más tarde: 12 de julio y 20 de julio respectivamente. Por su parte, en los años inmediatamente posteriores a 2008, se contabilizan los periodos más cortos para hacer efectivo el importe anual de impuestos: 20 de junio en 2009 y 21 de junio de 2010. A partir de entonces, volvieron a ampliarse los tiempos hasta los años 2013 y 2014, cuando se situó en el 3 de julio.
En estos dos últimos tiempos, la tendencia ha vuelto a bajar. «Cuando el PP llegó al Gobierno se encontró con un elevado déficit, por lo que impulsó una importante subida de impuestos, en especial, del IRPF. Sin embargo, en 2015 y 2016 lo volvió a bajar. De este modo se explicaría el aumento de días en los años 2013 y 2014 y el descenso posterior», aclara Antonio García, profesor titular del área de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de Zaragoza.
Lo mismo ocurre en Aragón. Mientras que en 2014 se situaba en una posición idéntica a la que vivía la media española, en estos dos últimos años se ha ido reduciendo el número de jornadas que se tarda en pagar todo los impuestos: tres menos en 2015 y otros dos en 2016. «La diferencia fundamental entre Aragón y la media nacional es el IRPF. A pesar de que el Gobierno aragonés subió los tipos este año, el incremento se ha compensado con la bajada del tramo estatal el año pasado. Además, se parte de una situación más favorable debido a las reducciones de los tipos que se produjeron en el anterior Gobierno autonómico», especifica Javier Santacruz, uno de los autores del informe.
Los impuestos solo reducen la desigualdad un 2,82%
Otro estudio publicado este martes por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada ha desvelado que el actual sistema impositivo solo logra reducir la desigualdad un 2,82%. El Observatorio sobre el reparto de los impuestos entre los hogares españoles refleja que los hogares más pobres (alrededor de un 20%) y los más ricos (10%) son los que soportan una mayor presión fiscal (porcentaje de impuesto en relación a su renta).
En el caso de los que tienen menos recursos (renta anual media de 7.000 euros) hay una presión fiscal del 28,11%, que según explican en el estudio, “se debe al efecto de la imposición indirecta (IVA), ya que a pesar de su baja renta no dejan de consumir”. Julio José Laborda, catedrático de la Universidad de Zaragoza y uno de los artífices del análisis, hace hincapié en que la causas de la modesta capacidad redistributiva se basa en que los impuestos indirectos son «claramente regresivos», y son pagados por todos por igual, al margen de su riqueza. Según el estudio de Civismo, el pago del IVA se traduce en el desembolso anual de entre 2.786 y 4.068 euros, según los distintos tipos de hogares analizados.