Con una nueva cita electoral a la vuelta de la esquina, la política impositiva vuelve a centrar el debate. Sin embargo, la clave no es tanto si se pagan muchos o pocos tributos (el 64,2% de los españoles creen que son demasiados en comparación con los servicios recibidos, pero la mayoría también son partidarios de incrementarlos para mejorar las prestaciones, según el CIS), sino el esfuerzo que supone para cada contribuyente cumplir con sus obligaciones fiscales.
Y eso es precisamente lo que mide el informe del ‘Día de la liberación fiscal’ realizado por el ‘think tank’ Civismo y que concluye que el trabajador español medio dedica 180 días de su sueldo a pagar impuestos. Es decir, que puede ‘celebrar’ el Día de la Liberación Fiscal el 29 de junio, dos días antes que en 2015 gracias a la reforma fiscal y a la rebaja del IRPF. En Asturias se da la circunstancia de que este año el Día de la Liberación Fiscal es también el 29 de junio, si bien en ejercicios anteriores solía ser una fecha posterior a la media nacional.
Sin embargo, a pesar de la mejora, todavía no es suficiente para compensar la subida de impuestos realizada durante el Gobierno del PP (IRPF, IVA, Especiales…). De hecho, en 2011 la fecha necesaria para cumplir con el fisco se situó en el 23 de junio.
Una vez más, de los 180 días de esfuerzo fiscal de 2016, la mayor parte de ellos (102 días del sueldo) se destinan a pagar las cotizaciones sociales, 37 a cumplir con el IRPF, 25 a abonar el IVA, 11 a contribuir por Impuestos Especiales y 5 a otros gravámenes (IBI, Patrimonio, Matriculación…). En total, el contribuyente español medio paga 15.535,05 euros al año a Hacienda.
Asturias, con intensa carga
La carga fiscal efectiva en Asturias es una de las más altas del país. Así, un trabajador del Principado que tenga unos ingresos brutos anuales de 55.000 euros soporta una carga fiscal efectiva del 37%, la sexta más alta de entre todas las comunidades autónomas de España, sólo por detrás de Navarra (41,37%), Extremadura (39%), La Rioja y Murcia (38%) y Aragón (37,5%), y muy por encima del 33,5% de Castilla-La Mancha y el 32,18% del País Vasco, las dos comunidades que menos gravan a sus trabajadores.
Entre los ciudadanos que ingresan 65.000 euros brutos, la situación de los asturianos es aún peor, dado que la carga fiscal efectiva es la tercera más elevada de España, con un 40% que iguala la de Andalucía y Castilla y León y que casi alcanza a las dos comunidades más caras en este apartado, Canarias (42%) y Navarra (41,80%).
¿Cómo se reparte la fiscalidad de los trabajadores mejor pagados por las distintas comunidades autónomas? Si partimos de un contribuyente soltero y sin hijos que gana 150.000 euros brutos al año, vemos que su ‘cuña fiscal’ es del 48,25% en las comunidades autónomas del régimen común y asciende al 50,43% en el País Vasco y al 53,11% en Navarra.
En cualquier caso, el esfuerzo fiscal depende de otra variable. El estudio muestra que por grupos de edad la fecha oscila entre los 151 días de sueldo que pierden los más jóvenes en concepto de ingresos (su coste laboral es muy inferior) y los 186 días de salario que entregan al fisco los ocupados de más de 55 años.
Si se analiza por comunidades, Cataluña es la región en la que más tarde llega el ‘Día de la Liberación Fiscal’ (4 de julio) y La Rioja la que antes (27 de junio). En la mayoría de regiones ha bajado en uno o dos días el número de jornadas salariales dedicadas a pagar a Hacienda como efecto de la rebaja del IRPF. Sin embargo, en País Vasco y Navarra se ha dado un cambio a peor al dedicar uno y dos días más de sueldo, respectivamente, en concepto de impuestos.
Por otra parte, si se analiza sólo el pago de IVA, se traduce en el desembolso anual de entre 2.786 y 4.068 euros, según los tipos de hogares. Si se evalúa el esfuerzo que supone este tributo por persona en vez de por hogar, los datos muestran que en el tramo de entre 16 y 29 años se dedica a este gravamen más que en el de 30 a 44 años (1.328,71 frente a 1.259,26 euros). Para las generaciones de entre 45 y 64 años el pago anual total de IVA asciende a 1.429,61 euros. Entre los mayores de 65 años, este tributo supone 1.616,17 euros en el ejercicio.
Asimismo, el estudio también evalúa la denominada ‘cuña fiscal’, que calcula el impacto del IRPF y las cotizaciones sociales sobre la nó- mina de los trabajadores. Su conclusión es que en España la tasa es un 9,3% más elevada que en los países de la OCDE, según los datos de la propia organización internacional. De acuerdo con dicho estudio, la ‘cuña fiscal’ en España se sitúa en el 39,56% frente al 35,9% en el promedio de la OCDE.