A pesar de las bajadas, las amenazas populistas, la crisis griega y la desaceleración brasileña y de países emergentes, el Ibex se comporta mejor de lo que se temía. Aun registra una subida más acorde con la revisión de estimaciones que comentábamos en junio, cuando avisábamos que las bolsas estaban caras tras el calentón post-Draghi visto a principio de año.
El diferencial con la bolsa alemana y Europa empieza a generar, por fin, oportunidades de entrada.
El Ibex se había calentado demasiado ante unas expectativas agresivas de impacto por el plan de recompras del BCE y una recuperación que, a la vez que evidente a nivel macro, estaba incorporada de manera demasiado optimista en los beneficios de las empresas por los analistas. Las estimaciones de beneficios del Ibex del consenso se han tenido que revisar a la baja entre un 12% y un 15% fundamentalmente por:
- Como comentábamos aquí, el impacto negativo en los beneficios de la banca del QE de Draghi.
- La exposición a Latinoamérica que en el pasado fue un colchón, hoy lastra dichas expectativas de crecimiento de beneficios.
- Y un tirón de orejas a los ejecutivos de algunas corporaciones que aun no han reflejado un entorno de alta liquidez y bajos tipos recomprando acciones y aumentando dividendos, como hicieron en EEUU. Este factor diferencial entre los que sí han mejorado la remuneración al accionista y los que no lo hacen es uno que el inversor debe explotar a la hora de “pescar” oportunidades.
Manteniendo la cautela ante un periodo de incertidumbre griega, el pinchazo chino y el latinoamericano, uno empieza a ver que nos acercamos a un punto de inflexión interesante.
Debemos entender que el Ibex no se ha hecho mucho más barato. Fundamentalmente ha perdido la prima sobre otros índices que disfrutaba. Un riesgo evidente viene de los mensajes anti-todo de algunos partidos de cara a las elecciones.
Dicho riesgo ha llevado a que un índice, que cotizaba más caro por expectativas sólidas de crecimiento, reestructuraciones bien hechas y una política general de reducción de endeudamiento, haya perdido esa ventaja.
Hoy, sin embargo, empiezo a ver oportunidades sin tener que justificarlas desde la expansión de múltiplos, es decir, apostando a elementos no fundamentales.
En este país hay muchos pequeños inversores que hablan de “value investing” más como “comprar y rezar” que analizar.
Pues bien (ya saben que no puedo dar nombres de acciones), es buen momento para buscar la combinación de:
- Valores con un retorno sobre el capital empleado creciente.
- Empresas con procesos de reestructuración, ventas de activos y creación de valor recuperando el negocio “central” como fuente de mejora de la posición estratégica.
- Valores que hoy pagan un dividendo con caja (ojo, miren siempre el estado de caja) y que hoy cotizan con una rentabilidad por dividendo superior en hasta tres veces al bono soberano.
- Identificación de objetivos. Las empresas que están aumentando dividendo con caja, reestructurando para centrar su negocio y recomprando acciones tienen mejor recorrido ya que los objetivos de inversores y gestores de la compañía están más alineados.
Es muy probable que tengamos un agosto movido entre el culebrón griego, que probablemente se extienda hasta los vencimientos de deuda de agosto, la crisis brasileña, y la explosión de la burbuja china (ayer el 78% de los valores de uno de los principales índices estaban suspendidos por volatilidad). Pero a la vez se plantea un entorno atractivo para empezar a abrir posiciones en valores de calidad.
Tengo un amigo gestor en Dallas que siempre me dice “el Ibex no se compra, se alquila”. Se refiere a que tradicionalmente se ha visto en el extranjero a algunas empresas del índice como poco comprometidas con el accionista, y por tanto, mejor no casarse.
La reciente corrección, en mi opinión, puede generar una oportunidad de entrada selectiva para los que no consideren las elecciones como un “evento griego”. Ese periodo hasta noviembre puede dar grandes oportunidades.
Porque mucho ha cambiado en el Ibex desde el 2011. Las empresas han bajado deuda a niveles de 2006, se ha mejorado drásticamente una situación preocupante de pobre generación de caja y la rentabilidad de los negocios prima sobre “mantener el imperio”.
Recuerden. No se entreguen las frases de “los fundamentales no han cambiado”, “es una buena empresa” y “tiene buen dividendo”.
Los fundamentales cambian cada día, que se lo digan a los griegos o a los chinos, buenas empresas que son malas inversiones hay muchas y los dividendos, si no son sostenibles, no significan nada.
Hay muchos riesgos, por supuesto. Pero al menos -por fin- los inversores los tienen en mente en vez de decir constantemente la estupidez de que el Banco Central lo soluciona todo. Miren a los números: caja, balance y rentabilidad sobre el capital invertido… Y cuánto le llega a usted de todo ello en remuneración total.