Influye el populismo en la confianza empresarial? Los datos así lo apoyan. Si observamos las tablas, se aprecia una correlación negativa entre el Índice de Confianza Empresarial Armonizado (ICEA) y el aumento porcentual de votos al populismo. Si éstos han crecido en las últimas elecciones autonómicas, la seguridad de los empresarios acerca de la evolución de la economía desciende en esa región.
Esta dependencia refleja el temor que causan los partidos radicales a inversores, emprendedores, consumidores y empresarios. Ante la promesa de tanto ‘gratis total’, acompañada del anuncio de una mayor presión recaudatoria a la ‘casta’, hay mucha gente que se pregunta: ¿y esto, quién lo paga? Al sospechar que ellos van a ser los ‘primos’ de la esplendidez populista, paralizan un posible proyecto de montar o ampliar un negocio, ante el riesgo monetario que conlleva. Así pues, las auténticas víctimas de la demagogia populista son aquellos que menos pueden defenderse: los trabajadores por cuenta ajena de la clase media. Veamos en qué regiones se aprecia en mayor medida esta correlación entre el populismo y la pérdida de expectativas de los empresarios.
Baleares obtiene la peor puntuación en el citado Índice de Confianza Empresarial y es la que ocupa el tercer puesto en el aumento del voto populista. Por su parte, en Navarra esta relación causa-efecto encuentra su más irrefutable exponente. La Comunidad Foral es la segunda región en la que más han crecido los votos populistas, hasta el punto de que gobierna un Ejecutivo de coalición en el que imponen su criterio las formaciones más radicales de la izquierda y del nacionalismo. Y se trata asimismo, de la segunda en que la confianza empresarial ha disminuido más. Esto se corresponde con el hecho de que es la región, tras Cataluña, de la que más empresas se han marchado. El caso de Cantabria también responde a nuestra tesis si consideramos como populista a su presidente, Miguel Ángel Revilla, aunque con un estilo, basado en el liderazgo personalista, muy diferente al del populismo que abunda en España. En cualquier caso, la desconfianza de los empresarios cántabros es manifiesta. Por último, País Vasco se trata de otro ejemplo claro de cómo el populismo de izquierdas y el nacionalismo radical provocan una amplia inseguridad.
Si nos fijamos en los lugares donde el ICEA es mayor, destaca Murcia, la región, tras Extremadura, en la que menos han crecido los votos populistas. A La Rioja le ocurre algo parecido. Curiosamente, en ambas comunidades el Partido Popular ha conseguido los mejores resultados en las últimas elecciones autonómicas. Por último, sorprende que Extremadura, la región con menor PIB per cápita, sea aquella en la que peores frutos ha cosechado el populismo.