La deuda pública alcanzó su máximo histórico en 2014, pasando de representar el 35,6% del PIB en 2007 al 100,4%, y en los últimos tres años, apenas se ha recortado en 2,1 puntos. Este descenso lo ha motivado un crecimiento anual del PIB superior al 3%, así como el aumento de los precios, mientras que el déficit público lo ha lastrado. Así, si España hubiera mantenido una política de déficit cero entre 2015 y 2017, la deuda habría bajado en 10,9 puntos básicos.
Sin embargo, el crecimiento en el que se ha sustentado la reducción de deuda va a perder dinamismo a medio plazo por la ralentización en la creación de empleo; en las exportaciones, a causa del aumento de los costes laborales; en el consumo, por el agotamiento de la demanda no satisfecha durante los años de crisis; y por la tan negativa proyección demográfica del país en las próximas décadas: si actualmente en España existen 29,2 millones de personas en edad de trabajar, en 2048 habrá 5,4 millones menos. Por todo ello, el Fondo Monetario Internacional estima una desaceleración del PIB real por debajo del 2% en el siguiente decenio.
En este contexto, Think Tank Civismo ha elaborado un informe en el que calcula que la deuda pública de nuestro país no caerá por debajo del 60% del PIB (la cifra marcada como referencia segura por la Comisión Europea) hasta 2034. Y eso sólo si los gastos quedan controlados en el 39,3% del PIB, como prevé el Gobierno, y los ingresos aumentan un 10% por encima del PIB nominal, como en los últimos años. Si, por el contrario, sólo se alcanza el equilibrio presupuestario, no se recuperaría el nivel de deuda previo a la crisis hasta 2052. Además, existen múltiples condicionantes y vulnerabilidades que harían descarrilar por completo el proceso de reducción de deuda. El citado estudio los contempla en distintos escenarios:
Escenario de recesión: la deuda se mantendría por encima del 60% del PIB hasta 2037, y no volvería a niveles de antes de la crisis hasta 2047 (página 5 del informe).
Escenario de subida de tipos de interés: la entrada en una situación de equilibrio presupuestario se retrasaría hasta 2033. En cuanto a la deuda en relación al PIB, no se situaría por debajo del 60% hasta 2037 (página 7 del informe).
Escenario de gastos descontrolados: si España mantiene un déficit en torno al 1% del PIB anual, hasta 2047 la deuda no descendería hasta el 60% del PIB. Si a este caso se sumase el de una doble recesión, el volumen de la deuda no caería por debajo de ese umbral hasta 2058 (página 9 informe).
Escenario de bajo crecimiento: si el crecimiento de nuestra economía se ralentizara a partir de 2025, situándose en un 2%, la deuda se ajustaría por debajo del 60% en el año 2040. Si en este contexto, además, persiste el déficit del 1% del PIB, no se alcanzaría este objetivo hasta 2060 (página 11).