Un día después de la euforia monclovita, economistas consultados por este diario advierten de los aspectos menos lúdicos y propagandísticos del acuerdo alcanzado en la madrugada del lunes, según el cual se da luz verde a un fondo de Recuperación de la UE de 750.000 millones de euros –140.000 millones irán destinados para España-.
A este propósito, coinciden los expertos en señalar, que valorando la cantidad y el carácter de los fondos, “estos no saldrán gratis” para España -con reformas obligadas y nuevos impuestos-, y además habrán de responder a un ‘freno de emergencia‘, una suerte de veto camuflado que exige de la mayoría cualificada de los estados miembros -el 65%- para recibir el visto bueno a la ejecución de los proyectos, remarca José María Rotellar, profesor de Economía de la Universidad Francisco de Vitoria.
Señala por otra parte Javier Santacruz, investigador en la Universidad de Essex (Reino Unido) y del think tank Civismo, que las ayudas llegan tarde y “no van a estar disponibles para antes de 2021”, con lo que no podrán servir “para cubrir el enorme déficit público” que viene acumulando España.
Mientras, Daniel Lacalle, presidente del Instituto Mises de Estados Unidos y economista jefe de la consultora financiera Tressis destaca que, siendo importante la cuantía del acuerdo España no puede confiar su recuperación solo a este programa, pues, “ya tenemos las experiencias del Plan de Crecimiento de 2009 y del Plan Juncker. Ambos tuvieron una bajísima efectividad a la hora de aumentar el PIB. La clave de este plan es que fortalece el club comunitario y ayuda a salir de la crisis, pero no lo garantiza”, explica.
Entretanto, Miguel Ángel Bernal, economista y profesor de la Fundación de Estudios Financieros, destaca que, aunque no existe derecho de veto como clamaba Holanda, “sí va a haber una fuerte condicionalidad para la llegada del dinero a los países”. “Serán los veintisiete -precisa-, mediante mayoría cualificada, los que vigilen la toma y aprobación de las reformas que a España tanta falta le hacen. Parece que la reforma de la pensiones, así como profundizar en la reforma laboral -continúa Bernal- van a ser líneas en la que los ojos europeos van a poner mayor atención, así como en el IVA”.
Manuel Martín Espadas, socio responsable de Mercados de PwC, opina que “el acuerdo implica una estrecha colaboración entre el sector público y el sector privado, y será fundamental contar con una agenda compartida, tanto en la planificación como en la ejecución, para lograr un efecto multiplicador que impacte en la economía real y fortalezca el tejido empresarial”.
Enmienda a Pedro Sánchez
Entre las fuerzas políticas, el Partido Popular fue uno de los primeros en pronunciarse sobre el acuerdo de los fondos europeos de reconstrucción y, de los 140.000 millones que vendrán para España vía transferencias y préstamos. En ese sentido, su líder, Pablo Casado celebró el acuerdo, no sin matizar que las características de estos fondos, o el envoltorio con el que llegan es una enmienda a las políticas de gasto público de Pedro Sánchez, pues los mismos conllevarán hacer reformas, “responsabilidad” en el uso de esas ayudas y estabilidad presupuestaria y económica. En línea similar, Vox cree que este acuerdo europeo es “una buena noticia” si los fondos se ejecutan “de la manera adecuada”.
Más allá de los aplausos que el Consejo de Ministros dedicó al presidente Pedro Sánchez a su llegada a Moncloa, ya en clave institucional, el presidente de la patronal empresarial CEOE, Antonio Garamendi, valoró el “acuerdo histórico” y dijo de él que es una muy buena noticia” para España y Europa. Pero sostuvo el ejecutivo vasco, que hay que trabajar por generar confianza en los inversores y centrar menos esfuerzo en derogar la reforma laboral que aplauden organismos internacionales como la UE, la OCDE o el FMI.
José Luis Bonet, presidente de la Cámara de Comercio de España, afirmó que, gracias a este fondo, “mejora mucho la perspectiva económica” de España. Eso sí -matizó-, “habrá que conocer todos los detalles y condiciones”, y, tendremos que ser “capaces de utilizar de manera inteligente los fondos procedentes de Europa”, para que “España puede convertir esta crisis en una oportunidad para crecer”. “Para ello -ahondó-, la formación va a ser esencial”.
Frente a la alegría de Iglesias
Y frente a la alegría de Pablo Iglesias, vicepresidente segundo del Gobierno, que vía twitter llegó a rubricar que ve este acuerdo un estímulo para seguir con el programa del Ejecutivo progresista, y desde luego no ve nubarrones que impidan no derogar la reforma laboral, este martes se manifestó la opinión, si no del todo contraria, escéptica en cuanto al alcance del acuerdo.
En el caso de CCOO, su líder, Unai Sordo, indicó que la cuantía del fondo es “netamente insuficiente” en comparación con el fondo de dos billones de euros solicitado por el Parlamento Europeo. Asimismo, advirtió que este fondo “no se puede utilizar como chantaje para tratar de devaluar las condiciones de trabajo y de vida de la mayoría social”, y que “no puede servir como excusa para seguir con la reforma laboral vigente, recortar las pensiones o recortar el gasto público y el gasto social como ocurrió en 2010”.
En igual sentido, UGT incidió en la minoración de las ayudas durante la negociación de los últimos días, y en que el gran triunfo había sido el de los países frugales.