Ya están en marcha las negociaciones sobre el próximo presupuesto de la UE para el período 2021-2027 y sobre la futura política de cohesión con el Parlamento Europeo y los Estados miembros. Con el objetivo de contribuir a su diseño, la Comisión Europea ha publicado el Índice de Competitividad Regional, que el Comité Europeo de las Regiones (CdR) elabora cada tres años para ayudar a los gobiernos regionales a detectar sus puntos fuertes y débiles.
En este índice, se evalúan once indicadores socioeconómicos agrupados en tres apartados: el primero analiza las instituciones, la estabilidad macroeconómica, las infraestructuras, la sanidad y la educación básica; el segundo, la eficiencia regional a partir de la educación avanzada y la formación continua, la eficiencia del mercado laboral, y el tamaño del mercado; y el tercero se enfoca en la innovación, mediante el estudio de la madurez tecnológica y los mercados avanzados.
Entre las 100 regiones más competitivas europeas, de un total de 268, Madrid se posiciona como la única española, en el puesto 98. Le sigue País Vasco, en la posición 125; Cataluña (161), Navarra (165), Cantabria (174), Asturias (185 en el ránking europeo y la sexta en España), Aragón (188), Valencia (190), La Rioja (193), Galicia (197) Castilla y León (204), Baleares (206), Murcia (219), Castilla-La Mancha (224), Andalucía (227), Canarias (229) y, en último lugar, Extremadura (241).
La puntuación media española ha sido de 43,5 sobre un baremo de 100, por lo que nos encontramos entre los países europeos menos competitivos. Por regiones, se aprecia una gran disparidad. Casi todas, excepto Madrid, País Vasco, Cataluña, Navarra y Cantabria, se sitúan por debajo de la media nacional. En 2018 la comunidad de Madrid atrajo 8 de cada 10 euros que vinieron del exterior por el efecto capitalidad, lo que supuso un aumento del 125%, mientras que Cataluña tuvo un descenso del 11,7%. Esto explicaría que se trate de la única región que ha destacado en comparación con otras zonas cuyo desarrollo económico es de un nivel similar.
Así, su valoración de 70,83 proviene de su elevada puntuación en infraestructuras, sanidad o innovación. No obstante, se queda atrás en aspectos como la estabilidad macroeconómica o la eficiencia del mercado laboral. También cabe reseñar la puntuación de País Vasco (63,6) respecto al resto de comunidades, sobresaliendo especialmente en sanidad. A la cola se encuentran Andalucía (27,16 puntos), Canarias (26,84) y Extremadura (19,03).
La competitividad de las regiones está muy vinculada a su crecimiento económico, ya que la productividad constituye la variable clave que determina las principales ventajas a nivel autonómico. Por ello, las CC AA más competitivas son las que tienen un PIB mayor, caso de Madrid, donde este indicador ha crecido un 3,7% en 2018, muy por encima de la media nacional (2,6%). Esta divergencia entre la región más competitiva (Madrid) y la menos (Extremadura) pone de manifiesto que realmente España sufre un problema grave de cohesión económica que habría que atajar para que todo el país pueda competir con Europa.