1 2017 ha sido un año en el que los particulares, al sentirse agredidos por la Hacienda foral, no han aumentado sus donaciones a las entidades culturales sin ánimo de lucro.
2 El panorama no es bueno para 2018 y, al contrario que el resto de España, el sector no crecerá.
3 El aspecto positivo del Gobierno es su marketing, al ser capaces de ‘vender’ como éxitos sus rotundos fracasos. Lo negativo es hacer de Navarra el infierno fiscal de España. Este expolio tributario ha provocado la deslocalización de compañías y grandes contribuyentes. Esta fuga aumentará en 2018 y será irreversible. El Ejecutivo exige una recaudación abusiva a las rentas brutas que superen los 21.000 euros para costear la fidelización de su red clientelar. Además, estas políticas confiscatorias ahuyentan a los inversores y esa mala fama persistirá. Desde que comenzó la democracia, la mayoría de los indicadores macroeconómicos de Navarra de los dos años y cuatro meses del Gobierno foral son peores, si se comparan con los de las regiones con una estructura económica similar. Quizá sea porque nunca antes se despilfarró tanto y tan rápido, hasta el punto de que no hay dinero ni para mantener las carreteras.