España es un país que no se caracteriza, precisamente, por poseer una población bien educada financieramente hablando. De acuerdo con los últimos estudios realizados por la compañía financiera Nationale Nederlanden, el 44% de los españoles tiene verdaderas dificultades a la hora de comprender los aspectos básicos de la economía que les rodea.
Pese a que el 77% de los padres, de acuerdo con el Banco de España, apoyen que la educación financiera debe ser una asignatura tratada en las aulas de nuestro país, ésta sigue siendo la asignatura pendiente de nuestra ciudadanía y nuestros gobernantes.
A la hora de enfrentar una crisis como la actual, la sociedad española se ha visto en la obligación de ahorrar para hacer frente a un futuro muy incierto. Sin embargo, estamos hablando de lo que los economistas denominan ahorro forzoso: el tipo de ahorro que ha disparado la tasa de ahorro nacional a máximos.
Cuando observamos esta tasa de ahorro -en momentos previos a la pandemia- se observa que los españoles no son ciudadanos conocidos por su capacidad de ahorrar y su disciplina financiera. Según la CNMV, el 39% de los españoles no ahorra, mientras que el resto lo hace a un nivel inferior al de alemanes o belgas, que encabezan el ranking europeo.
Lo que muestra la CNMV queda recogido de la misma forma en el informe que publica el Observatorio del ahorro familiar del IE Business School y la Fundación Mutualidad de la Abogacía. En este informe, Laura Nuñez y su equipo, exponen que el 40% de los hogares en España está por debajo del umbral de seguridad financiera, al no alcanzar su ahorro acumulado el equivalente al 60% del salario medio de tres meses.
Y es que, en nuestro país, y al estallar esta crisis, el 30% de las familias se veía en la obligación de combatir la pobreza sobrevenida y la falta de ingresos con un ahorro inferior a un mes del salario medio.
En este sentido, lo comentado al inicio del artículo, donde se muestran estadísticas que reflejan los conocimientos de la ciudadanía española y su deseo de que la educación financiera se enseñe en las aulas, se materializa en estos otros datos que se ofrecen.
Pues si había alguna duda sobre si los españoles son capaces, o no, de ahorrar con su educación financiera, los datos sobre el ahorro de los españoles al entrar en esta crisis económica muestran que, efectivamente, son incapaces de diseñar una estrategia de ahorro efectiva. Una estrategia que, de la misma forma, les ayuda a enfrentar la crisis con una menor vulnerabilidad inicial.
En lo que a esta estrategia se refiere, y como vemos ahora, la gran mayoría de ciudadanos españoles, debido a esa falta de educación financiera, no cuenta con una estrategia definida, a la vez que los que la tienen no es la correcta. Esto lo observamos al analizar la inversión de estos ciudadanos, y al ver que la principal fuente de ahorro de los españoles, hasta la fecha, ha sido la vivienda.
El informe al que hacíamos alusión muestra que el 80% de los ahorros familiares se destinan a la inversión inmobiliaria, al hogar familiar. No obstante, el 45% de las familias españolas posee activos inmobiliarios que no son su residencia principal, por lo que aquellos que no cuentan con su vivienda como principal fuente de ahorro cuentan con otro activo inmobiliario que, en este caso, sí lo representa.
Cuando se observan otros productos financieros más complejos, lo que desprende un informe de la CNMV es que los españoles no cuentan con alternativas a este ahorro tradicional. En este informe se muestra que la mayoría de los españoles (38,8%) ahorra a través de cuentas corrientes, mientras que un 8% elige cuentas de ahorro a un determinado plazo.
Y todo con un 23,3% de la ciudadanía que posee sus ahorros en dinero en efectivo, aunque ello conlleve una depreciación por la inflación. En lo que se refiere a productos financieros más complejos, los datos muestran otra realidad: apenas el 3% de la población ha ahorrado a través de fondos de inversión, acciones o activos de renta fija en el pasado año.
Por este motivo, no solo hablamos de una ciudadanía menos capaz, en la que solo un 5% de los encuestados del estudio de Nationale Nederlanden reconoce poseer todos los conocimientos en materia económica, sino que, hablamos de una sociedad más vulnerable, al no poseer un ahorro digno para enfrentar situaciones de crisis económica, a la vez que vemos la incapacidad de la ciudadanía de elegir una estrategia diversificada.