La Junta ha sacado pecho por ser la administración que convoca más empleo público este año. ¡Nadie como nosotros! La noticia ha corrido con el tachintachán marca de la casa. Y se equivoca quien piense que la exhibición de ocho mil empleos públicos es un riesgo político para la Junta pocos días después de admitir que tiene a miles de empleados públicos en nómina sin trabajar; «mano sobre mano», según la versión oficial. No parece el mejor escenario de fondo para presumir de ocho mil nuevos, pero los propagandistas de la Junta rara vez dan puntada sin hilo. Hay miles de aspirantes para esos miles de puestos, persuadidos del coraje socialdemócrata de la Junta, algo muy conveniente en víspera de elecciones. Dios no juega a los dados y SuSusanidad tampoco.
Cuando la Junta presume de crear más empleos públicos que nadie, sólo se trata de una obviedad: en la comunidad más grande, hay una administración mayor. Seria raro que sucediese en La Rioja, que tiene veinticinco veces menos población. De modo que esa cifra es engañosa. Hay que calcular valores per cápita -médicos, profesores… por cada mil habitantes- para tener una perspectiva más ajustada. Y ahí la Junta tiende a hundirse en los rankings. Está a la cola de médicos por habitante, por citar un dato.
Andalucía suele exhibirse como Reserva Espiritual del Estado del Bienestar, pero, una vez descontada su maquinaria propagandística, la realidad es que está en el furgón de cola en gasto per cápita del pack de Servicios Públicos Fundamentales: Sanidad +Educación+Protección Social. El último informe del BBVA resultó demoledor. Contra la fanfarria de la Junta con su oferta de empleo, el Sindicato de Funcionarios denuncia que la función pública es deficitaria en Andalucía.
El think tank Civismo elabora un índice de contratación/PIB para determinar si hay excesos electoralistas’ de empleo público, y Andalucía figura en el pódium con Castilla-La Mancha y Extremadura. Es decir, se contrata mucho pero no se aplica a una administración eficiente en los servicios fundamentales. Así puede pasar lo de los 1.800-Manosobre-Mano; una imagen corrosiva más allá de la fanfarria vendiendo el logro virtual de ocho mil nóminas más.