Aunque desde la izquierda anticapitalista no faltan las quejas sobre el “neoliberalismo salvaje” que supuestamente viene aplicándose en España desde el estallido de la crisis, las publicaciones académicas de referencia dedicadas a medir el grado de apertura económica de nuestro país arrojan un balance muy distinto.
Es el caso del Índice de Libertad Económica, una publicación emblemática que elaboran cada año la Fundación Heritage y el Wall Street Journal a través de una amplia red global de think tanks e instituciones. En el caso de España, la publicación se elabora de la mano de Civismo, que ha organizado una gira de presentación del informe que abarca actos en Madrid, Pamplona, Bilbao, Zaragoza y Barcelona.
Pues bien, el Índice de Libertad Económica establece que España apenas ocupa el puesto 43 de la tabla, lejos de los países donde sí se practica lo que los enemigos del laissez faire llaman “neoliberalismo salvaje”. A la cabeza de la clasificación aparecen Hong Kong, Singapur, Nueva Zelanda, Suiza, Canadá, Chile, Irlanda, Estonia y Reino Unido.
Fuera del “top 10”, pero en las treinta primeras posiciones, nos encontramos con países como Estados Unidos, Holanda, Alemania, Luxemburgo, República Checa, Japón o Corea del Sur. También figuran Dinamarca, Lituania, Islandia, Finlandia y Suecia, países que a menudo se asocia con un menor grado de libertad económica, principalmente por el régimen socialdemócrata que venían manteniendo hasta hace algunas décadas. Cerca del “top 30” aparecen Noruega, Colombia e Israel.
Demasiado gasto, demasiados impuestos
España se coloca en el puesto 43, en niveles similares a los que obtienen Polonia, Uruguay, Chipre, Bélgica, Macedonia, Perú o Costa Rica. Peor aún es la nota que obtienen Portugal (puesto 64), Francia (puesto 75), Italia (puesto 86) o Grecia (puesto 138).
No obstante, a pesar de que nos comparamos favorablemente con dichos países, la calificación española resulta decepcionante, sobre todo si tenemos en cuenta que su nota media subió significativamente entre 1995 y 2005 para estancarse después y retroceder con la crisis.
¿Qué aspectos de la nota cosechada por España son susceptibles de mejora? En primer lugar, de acuerdo con el informe que difunde Civismo,el gasto público y los impuestos siguen siendo un impedimento para el crecimiento. En segundo lugar, el mercado laboral empieza a mostrar signos de mejoría, pero aún no es tan flexible como convendría. En tercer lugar, las instituciones están bajo sospecha, a raíz de los continuos escándalos de corrupción que hemos conocido en los últimos años.
Así, mientras que el Índice otorga a España puntuaciones de entre 70 y 88 puntos en áreas como la facilidad para gestionar un negocio, el marco inversor, la estabilidad monetaria, la apertura comercial o la protección de los derechos de propiedad, la nota cosechada en las categorías de gasto, impuestos, mercado laboral y corrupción se mueve entre 40 y 60 puntos. En consecuencia, la nota que cosecha nuestro país es de 68,5 puntos, relegándonos al puesto 43 de la tabla.
Los verdaderos modelos liberales europeos
En el informe que difunde Civismo se puede comprobar que las tres economías más capitalistas de Europa son Suiza, Irlanda y Estonia. El “top 5” lo cierran Reino Unido y Dinamarca, mientras que el “top 10” lo completan Lituania, Holanda, Alemania, Luxemburgo e Islandia. A la cola del Viejo Continente aparecen Ucrania, Bielorrusia, Bosnia Herzegovina o Croacia.
La puntuación de Irlanda resulta especialmente interesante, ya que hablamos de un país que, al igual que España, Italia o Grecia, ha sufrido con especial virulencia el impacto de la Gran Recesión. En el caso delTigre Celta, su nota es de 77,3 puntos, claramente por encima de los 68,5 de España, los 61,2 de Italia o los 53,2 de Grecia.