España y Estados Unidos: percepciones mutuas y relaciones económicas
Por su parte, para los europeos, las relaciones con EEUU continúan siendo importantes por ser el único país del mundo al que recurrir en conflictos internacionales, pero no tanto como antes, porque ha desaparecido la amenaza de la antigua Unión Soviética. “La relación sigue siendo muy importante pero, desde luego, ya no es lo que era”, destacó el Embajador.
Arias, que no dejó indiferente al público invitado, disfrutó durante toda la conferencia escuchando sus anécdotas, explicó que existe una ambigüedad en la percepción que tiene España de Estados Unidos. Por un lado, imitamos a los americanos en la forma de comer, de vestir… Creemos que estudiar allí nos da prestigio, somos un consumidor “brutal” de sus contenidos audiovisuales y la popularidad de las figuras públicas americanas está en alza.
El embajador Inocencio Arias, repasó las relaciones políticas y económicas entre España y Estados Unidos desde finales del siglo XIX hasta nuestros días, en una conferencia organizada por Civismo. Nuestro país sigue siendo un aliado fiel y relativamente significativo para la nación estadounidense pero, según Arias, la importancia geoestratégica del viejo continente ha decaído. Europa es una región más irrelevante para Estados Unidos que hace un par décadas, que considera que el centro económico estratégico con futuro es Asia y que la amenaza potencial ya no es Rusia sino China.
Sin embargo, por otro lado, existe una desconfianza hacia la “política yankee”. “No sólo a la política interna sino también a la exterior… Somos de los más antiamericanos del mundo”, destacó Arias. En España, pensamos que todo lo que hace Estados Unidos está relacionado con el petróleo. Esta ridícula obsesión, en palabras del Embajador, convierte a los españoles en crédulos sin fundamento sobre la maldad o doblez de los americanos cuando inician cualquier acción exterior. Puso como ejemplo la guerra de Irak, masivamente apoyada en su momento por la opinión pública norteamericana, y que recibió enormes críticas por parte de la sociedad española. En este sentido, Arias recordó que ante la guerra de Siria o Ruanda, igual de cruentas, “nos quedamos sin protestar”, convirtiéndose España en un país “pacifista selectivo”.
En el terreno económico, el diplomático insistió en que un acuerdo de libre comercio que suprima los aranceles entre ambos países sería un éxito. No obstante, “hay enormes escollos para que esto se cristalice”. Un ejemplo es la barrera sanitaria de los productos alimenticios en Estados Unidos, que aunque se está flexibilizando, “aún queda mucho por hacer”. Del lado de Europa, como en Francia, existe una “batalla” contra los productos audiovisuales americanos, aspecto que crispa a los productores de Los Ángeles, quienes también critican la “piratería brutal” que caracteriza a países como España. Afortunadamente, nuestro país ha mejorado en el aspecto comercial en el sentido de que compra menos que hace tres o cuatro años y vendemos más.
Por último, aunque entendió el aprecio de Pamplona a Hemingway, Arias aseguró que su visión de España contribuyó a reflejar una mala imagen en Estados Unidos, que todavía profesa una “simpatía difusa y basada en clichés del pasado pero no tiene un gran conocimiento de la España actual”. Esto, sumado a la ignorancia sobre nuestro papel en la Guerra de Independencia Americana, nuestro potencial en energías renovables (sólo conocido por las élites) y a la ausencia de un “colectivo español significativo”, tal como lo tiene Italia, hacen que la Marca España, según Arias, tenga aún mucho que hacer en Estados Unidos.