Feliz día de la liberación fiscal: Ya no trabaja para el Estado
11 de mayo de 2013
Por admin

La fecha se retrasaría al 3 de julio si se tienen en cuenta las contribuciones de la empresa a la Seguridad Social.

Estimado empleado, ya puede disfrutar de sus ingresos. Por fin ha llegado el día en el que no tiene que trabajar para el Estado. Según un estudio del think tank Civismo, hoy 10 de mayo es el ‘Día de la Liberación Fiscal’, la jornada en la que los ciudadanos han generado suficientes ingresos en el año (una media de 8.667 euros) como para pagar todos los impuestos.

Dentro del infierno fiscal que se ha convertido nuestro país, los trabajadores españoles necesitan 130 días para cumplir con sus obligaciones tributarias: 54 para pagar el IRPF, 32 para el IVA, 23 para la Seguridad Social, 14 para impuestos especiales y siete para otros impuestos.

Según Civismo, las subidas impositivas de 2012 suponen seis días más de trabajo al asalariado medio, lo que en retribución se traduce en 367 euros por la última subida del IVA y 43 euros por el alza de impuestos municipales y autonómicos.

Por Comunidades Autónomas, existe un rango de hasta 12 días entre la de menor presión fiscal (País Vasco) y la de mayor (Cantabria), de modo que a un trabajador cántabro le cuesta 782 euros más cumplir con su compromiso fiscal que a uno vasco. Tras el País Vasco, las autonomías con menor presión fiscal son Navarra, La Rioja, Canarias, Aragón y Galicia, mientras que las que siguen a Cantabria por tener unos impuestos más altos son Cataluña, Castilla-La Mancha, Madrid y Castilla y León.

En lo que se refiere a la de renta, el estudio indica que el esfuerzo fiscal crece con el salario bruto, de modo que distan dos meses entre el ‘Día de la Liberación Fiscal’ de un mileurista (14.000 euros) y un trabajador acomodado (100.000 euros).

Para la jefa de investigación de Civismo, Cristina Berechet, el objetivo del estudio es generar debate en la sociedad, así como resaltar la importancia de la competencia fiscal entre comunidades autónomas y acabar con la creencia de los gobernantes de que austeridad es subir impuestos.

Responsabilidad

En esta línea se ha pronunciado Julio Pomés, presidente del think tank, quien ha reclamado a los políticos más responsabilidad con el dinero público, así como a los contribuyentes más conciencia con lo que cuesta mantener el Estado de Bienestar y estimular la competencia fiscal entre las distintas comunidades.

El secretario de Civismo, Pedro Schwartz, ha culpabilizado de que haya impuestos tan altos “a los votantes que queremos servicios gratis y no queremos pagar por nada”. El economista ha explicado que “en España tenemos la idea de que nada cuesta y nuestros políticos no nos dicen que las cosas cuestan dinero”.

Schwartz ha señalado que los gobernantes son los responsables de “la oscuridad fiscal” que impide a los contribuyentes ver realmente todo lo que pagan, y de gravar con impuestos a determinados sectores “que siempre acaban trasladándolos” al trabajador o al consumidor.

El secretario de Civismo ha entendido el aumento de los impuestos del Gobierno “porque había que cubrir los dispendios anteriores”, pero ha considerado que “se podía haber hecho de otra forma, con mucho más recorte del gasto público”. Ahora, ha opinado, “hay un Ministro de Hacienda que no es del negocio y lo único que sabe es subir impuestos, pero hay que cubrir lo anterior”.

En último lugar, Schwartz ha pedido un cambio en los valores que prime lo que él ha denominado la ‘virtud pública’, es decir, “no quiero que me subvencionen, yo cargo con lo mío y a la gente que no pueda la ayudo yo”.

30 subidas de impuestos

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha subido 30 veces los impuestos desde que ocupa el cargo hace poco más de un año. En resumen, cinco veces el IRPF, cuatro el de Sociedades, tres los Especiales, dos el IVA y el IBI, una el de Indemnizaciones a Directivos y ha extendido el de Patrimonio.

Asimismo, Montoro se ha sacado de la manga 12 nuevas figuras tributarias: ocho relacionadas con el sector eléctrico, una con Loterías, otra con Depósitos Bancarios, otra con tramo autonómico de Hidrocarburos y otra con Medioambiente. Con todo este entramado fiscal, la renta media española está gravada al mismo nivel que en Suecia o Finlandia con la única diferencia de que la renta de ambos países europeos casi duplica la española.

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