Cristóbal Colón y el gran descubrimiento
5 de julio de 2017
Por admin

En el año 1453 el sultán Mehemet II conquistó Constantinopla e hizo de esta ciudad la capital de su imperio. La derrota de los bizantinos tuvo efectos muy importantes para la historia de Europa. Por una parte, significó la desaparición de Bizancio y el viejo imperio romano de oriente. Por otra, creó problemas muy graves al comercio de los europeos con la India y la China y les obligó a buscar rutas alternativas. Una consistía en navegar por la costa africana hasta el cabo de Buena Esperanza, para viajar después hacia el este y llegar a India. La otra era navegar desde Europa hacia el Oeste para alcanzar directamente las costas de Japón y China.

Este fue el camino que escogió Colón para llegar a las indias y que resultó en el descubrimiento de América. A pesar de haberse realizado investigaciones de todo tipo, no sabemos prácticamente nada sobre el lugar de nacimiento de Colón. Aunque la teoría más generalmente aceptada afirma que nació en Génova -y en esta ciudad se llega incluso a enseñar a los turistas su supuesta casa natal- la verdad es que sigue existiendo gran incertidumbre sobre el hecho. Y es evidente, además, que el propio Colón hizo todo lo posible por no dejar pista alguna sobre su verdadero origen. Lo cierto es que pudo ser italiano, gallego, mallorquín o catalán. Seguramente no lo sabremos nunca con certeza. Pero esto es realmente poco importante.

Lo relevante es que el mundo moderno habría sido muy diferente si tres naves castellanas no hubieran llegado a América el día 12 de octubre de 1492. Es posible que, pasados no muchos años, a alguien se le hubiera ocurrido la idea de hacer un viaje parecido y hubiera alcanzado el mismo destino. Pero fue Cristóbal Colón, no otro, quien realizó el gran descubrimiento. Y fue España el país que inició la colonización del nuevo continente. En los años siguientes nuestro personaje realizó tres viajes más a América. Había sido recibido por los reyes y alcanzado la gloria, títulos y riquezas. Pero, como otros descubridores y conquistadores españoles, tuvo graves problemas en el gobierno de las nuevas tierras.

Depuesto por los primeros colonos, acusado de haber cometido todo tipo de abusos, fue enviado preso a España, donde, tras no pocas dificultades consiguió ser rehabilitado. Pero su persona era ya irrelevante. Su obra estaba hecha y nuestra civilización no volvería a ser la misma desde el descubrimiento de un nuevo continente. La expansión europea encontró en América enormes territorios que cambiaron la economía y la estrategia política de las grandes potencias. El Atlántico se convirtió, a lo largo de los siglos siguientes, en el nuevo centro del mundo. Si su vida fue complicada, el destino de los restos de un hombre tan polémico como Colón no podía ser simple.

Se sabe que falleció el año 1506 en Valladolid, donde fue sepultado por vez primera. Pero ya en 1509 empezaron los diversos traslados de sus restos y hoy no tenemos certeza de cuál es el lugar en el que está enterrado. Parece como si un personaje tan misterioso en vida como fue Colón estuviera decidido a seguir siéndolo después de muerto. Su figura y sus méritos han sido reconocidos en todo el mundo y a pocos personajes se han dedicado tantos monumentos en tantos países. Pero, a pesar de ello, no cabe duda de que la historia ha cometido una gran injusticia con el almirante: el continente que descubrió nunca debió haberse llamado América.

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