Las noticias procedentes de la Unión Europea no arrojan luz sobre el lúgubre panorama del mercado laboral español, que ya ha desacelerado los niveles de contratación en las empresas y afiliación a la Seguridad Social en el primer trimestre del año, a pesar de la robustez mostrada con un crecimiento del 0,7 por ciento. Un informe publicado por Eurostat este mismo lunes apunta a la elevada rigidez a la hora de colocar a los trabajadores parados y al bajo optimismo de las empresas en términos de necesidad de nuevos empleados, a raíz de la plana evolución de los puestos vacantes en nuestro país.
Según el organismo estadístico de la Comisión Europea, España registró una tasa de empleos vacantes del 0,9 por ciento en el primer trimestre del presente año, lo que le sitúa entre las potencias con menor nivel de la UE, solo por delante de Grecia, donde la tasa se situó en el 0,6 por ciento. En el caso español, la cifra supone un alza de una décima en comparación al trimestre anterior y un ligero incremento respecto al mismo tramo de 2018.
Como explica el economista jefe del think tank Civismo, Javier Santacruz, este indicador muestra “la capacidad que tiene el mercado de trabajo para colocar a trabajadores en los puestos de trabajo vacantes”.
En este sentido, el hecho de que nuestro país se encuentre en el vagón de cola refleja la complejidad que tienen en este momento los empleadores para colocar a personal en su compañía y también muestra la propia desaceleración en la creación de empleo.
Como advierte Eurostat, la tasa de empleos vacantes hace referencia a un puesto remunerado (de nueva creación, desocupado o a punto de quedar vacante) para el cual el empleador toma medidas activas para encontrar un candidato fuera de la empresa en cuestión, ya que el empleador tiene la intención de rellenar inmediatamente o en un futuro próximo el hueco. Es
decir, el indicador también da muestra del dinamismo del mercado laboral en función de las necesidades y expectativas de los empresarios, y España no queda bien parada.
Los países más dinámicos
En el lado opuesto a España (0,9 por ciento) y Grecia (0,6 por ciento) –al igual que su vecino del sur, Portugal (1 por ciento) en el tercer puesto por la cola– se hallan las potencias del entorno comunitario con los mercados de trabajo menos rígidos y con mayor rotación en los empleos.
Aquí, la palma se la lleva la República Checa, con una tasa de empleos vacantes del 6,4 por ciento, seguido de Bélgica (3,6 por ciento) y de Alemania (3,3 por ciento). En el conjunto de la UE, la tasa de empleos vacantes fue del 2,4 por ciento, una décima más que en la zona euro (2,3 por ciento).