Ya pasados unos días de la publicación de los datos de paro que ofrecía el SEPE, conviene hacer un análisis que permita al lector conocer qué realidad ofrece.
Si uno atiende a los datos que ofrece el SEPE para julio, vemos que hay indicios de recuperación tras meses de hundimiento por las medidas de distanciamiento social que obligaron a hibernar durante más de 100 días.
Los datos que ofrece el SEPE, grosso modo, no son realmente malos. La recuperación de la economía ha comenzado a darse. En lo que a afectados por ERTE se refiere, más de 712.000 personas han salido del ERTE en julio.
Es decir, cerca del 70% de los empleados que se encontraban en situación de ERTE, ya se encuentran trabajando.
Afiliados a la Seguridad Social
En lo que a la tasa de afiliados a la Seguridad Social se refiere, durante el mes de julio se afiliaron cerca de 162.000 personas hasta las 18.785.554. Hablamos del mejor mes de julio desde 2005.
Este número de parados no incluye a los afectados por ERTE. Para que estos computen en la contabilidad nacional de parados, el tiempo del ERTE debe exceder, como mínimo, tres meses. Por esta razón, no podemos contabilizarlos.
Así, con los datos en la mano, podemos observar que, a la luz de estos, sí se puede apreciar una recuperación. Ahora, bien, que estemos recuperando la economía no quiere decir que todo el trabajo esté hecho, o que hayamos recuperado gran parte de lo perdido. Para ello, a continuación, vamos a ver qué tan buenas son esas cifras, teniendo en cuenta los niveles previos a la pandemia. Por tanto, si queremos situar la recuperación como si de un dato porcentual se tratase, podríamos decir que, ante semejantes datos, debemos ser conscientes de que las cifras que ofrece este mes de julio, tras meses en los que las cifras han sido devastadoras, no suponen una recuperación total de todo lo perdido durante la pandemia del coronavirus.
Desestacionalizado
Ahora bien, si cogemos estas cifras y las desestacionalizamos, tratando de que no se vean afectadas por la estacionalidad que caracteriza a la temporada estival, hablamos de una recuperación que, sobre lo perdido, supone un 17%. Como vemos, ya de partida, una recuperación que, ni en el mejor de los casos, supone la recuperación de la mitad de todo lo perdido durante la pandemia.
Otro dato que también deberíamos tener en cuenta es la concentración de la contratación turística durante el mes de julio, tras encontrarse este sector confinado durante los meses predecesores, a la vez de tener en cuenta una temporalidad de este sector muy notable en fechas como la que nos acontece en estos momentos. En este sentido, factores como la propia recuperación de la economía o la concentración del empleo turístico durante el mes de julio, justifican parte de esos buenos registros.
Tanto es así que, atendiendo al desglose que ofrece la afiliación por sectores, se puede observar un claro repunte en el sector servicios, del cual se extraen cerca de 70.000 nuevos afiliados que lo han hecho dentro del propio sector turístico.
Por último, conviene acabar haciendo un contraste, en lugar de con los meses anteriores en los que el covid devastó nuestra economía, con las cifras que presentaba dicho mes de julio durante el ejercicio pasado, cuando el covid no se encontraba presente en el país, a la vez que su economía se desaceleraba por la desaceleración sincronizada que vivía la economía a nivel global.
En este sentido, si cogemos el interanual y lo que supone este mes de julio con el mes de julio del año pasado, en 2019, hablamos de que la afiliación se ha desplomado en casi 750.000 cotizantes. Por tanto, y hablando de records nuevamente, estamos ante el mes de julio con menos trabajadores desde el año 2017.
Como vemos, unos datos que, pese a ser buenos, presentan grandes matices que cabe explicar. Matices que deberían seguir animando a trabajar en pro de la recuperación económica, pero a mostrar cautela por unos datos que, atendiendo a esos pronósticos a los que hacíamos referencia al inicio, podrían ensanchar su deterioro fácilmente.