Tras la cancelación de la celebración del Mobile World Congress (MWC) 2020, oficialmente por los efectos del Coronavirus, y tras las cancelaciones de importante compañías tecnológicas, la ministra de Empleo, Yolanda Díaz, ha expuesto su preocupación por los efectos de esta cancelación en el empleo, así como por la pérdida de ingresos que iba a generar la celebración del evento.
La celebración del evento, según Díaz, preveía la creación de cerca de 14.000 empleos -temporales, por supuesto-, los cuales no se producirán tras la decisión adoptada. Empleos que se sumarían a la importante recaudación e ingresos que iban a recibir, de forma directa e indirecta, otros sectores de la economía española como la hostelería, el turismo, el transporte o el propio consumo.
Sin embargo, resulta curioso que la ministra sea la que se preocupe por la cancelación del evento, así como por la pérdida de ingresos que esto supone. Más aún en un escenario en el que, además de no conocer una estimación fiable de ingresos, está refiriéndose a la creación de empleos muy temporales y con una altísima probabilidad de destrucción tras la celebración del evento. Empleo que, en boca de la misma Ministra, debería considerarse empleo precario y de baja calidad, producto de una reforma laboral precaria y malvada.
También es curioso que sea ella la que lo diga. Una ministra que, junto a su equipo de Gobierno, lideran la creación -en solitario ya- de un impuesto a las empresas digitales, provocando situaciones que, como pudimos ver hace unos meses, han desviado inversiones de empresas como Google a otros países como Portugal, dado que en España no eran bien recibidas a nivel fiscal. Un desvío hacia territorio luso que evitó la creación de más de mil empleos de alto valor añadido, así como la creación de centros tecnológicos de la multinacional californiana.
Recordemos de quien estamos hablando. Yolanda Díaz, la ministra que lamenta esta cancelación, es la misma que sigue en su insistencia de acabar, precisamente, con ese empleo que, por otro lado, lamenta que vaya a desaparecer con la cancelación del evento. Una ministra que, en boca de la misma, pretende acabar con esa dualidad en los contratos, impidiendo que el empleo temporal sea efectivo en el país.
A su vez, como decíamos, hablamos de una ministra que hoy lamenta la falta de asistencia de grandes compañías tecnológicas pero que hace unos meses, junto a su presidente, se disponía a declarar la guerra digital a estas compañías, acusándolas de no pagar los impuestos que debían pagar.
De la misma forma que hoy lamenta la pérdida de empleos tras la cancelación del Mobile, sería curioso ver su reacción ante las posibles pérdidas que, en base a los cálculos del Banco de España, generará la supresión de la reforma laboral, una norma que evitó la destrucción de cerca de un millón de empleos en el país y ha evitado una tasa media de paro que, en base a la serie histórica, se hubiera situado en el 17%.