Los alicantinos con trabajo entregan a Hacienda en conceptos de impuestos una media de 182 jornadas de salario. El conocido como ‘Día de la Liberación Fiscal’ llega en la Comunitat Valenciana el 1 de julio, una posición que se sitúa dos días por encima de la media nacional. Este es el dato recogido en el informe anual de Civismo, ‘think tank’ o centro de ideas que busca promover la sociedad civil y avivar la libertad personal y económica en España.

En el conjunto de España, un contribuyente que empieza a trabajar con 16 años, que tiene un hijo a lo largo de su vida y que sigue la evolución salarial del español medio, paga en impuestos durante su vida laboral la friolera de 456.571 euros, que equivalen al salario íntegro de 18 años. Ya jubilado, entre los 65 y los 83 años, la carga fiscal acumulada supondrá el pago de otros 128.655 euros, que suponen 9 años íntegros de su pensión.

Si se considera toda la vida de ese contribuyente medio, llegamos a la conclusión de que, desde los 16 hasta los 83 años de edad, habrá contribuido a Hacienda la friolera de 585.226 euros. Esta cantidad es equivalente a dedicar todos los ingresos percibidos durante 27 años de su vida. Por tanto, si entra en el mercado laboral con 16 años, su Año de la Liberación Fiscal llegaría cuando cumpla 43 años de edad. En cuanto a la carga fiscal que soportan los contribuyentes de la Comunitat Valenciana con distintos niveles de renta, el estudio de Civismo indica que para uno de renta media, con unos ingresos brutos anuales de 55.000 euros, el tipo efectivo es del 36,95%, mientras que para otro que gane 65.000 euros, es del 39,98%. En el caso de los contribuyentes con una renta alta de 150.000 euros al año, el esfuerzo tributario asciende a un 44,97%.

Cataluña es la comunidad en la que más tarde llega el ‘Día de la Liberación Fiscal’. Según este informe, en la mayoría de regiones ha bajado en uno o dos días el número de jornadas salariales dedicadas a pagar a Hacienda, a raíz de la rebaja fiscal aprobada a nivel nacional en 2015.

Sin embargo, en País Vasco y Navarra se ha dado un cambio a peor: los vascos pierden un día más de sueldo en concepto de impuestos y los navarros experimentan un descenso de dos días.

La ‘cuña fiscal’ calcula el impacto del IRPF y las cotizaciones sociales sobre la nómina de los trabajadores. Al contrario de lo que suele afirmarse, en España tenemos una carga tributaria sobre el empleo superior al promedio de los países desarrollados. Nuestra ‘cuña fiscal’ media es del 35,9% frente al 39,56% de la OCDE.

Hay 21 economías desarrolladas con menos impuestos sobre el trabajo que España, entre las que figuran Luxemburgo, Noruega, Dinamarca, Holanda, Japón, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Australia, Irlanda, Suiza, Corea o Israel. Reducir la ‘cuña fiscal’ ayudaría a crear más empleo, ya que reduciría el coste de contratación y aumentaría la renta neta de los trabajadores.

Reducción del salario neto

La suma del IRPF y las cotizaciones sociales reduce el salario neto de los trabajadores de manera significativa. De cada 100 euros que paga el empresario, el ocupado de entre 16 y 24 años apenas cobra 68. Para los trabajadores de entre 25 y 34 años, la retribución neta se queda en 64 euros por cada 100 euros de coste laboral. Entre ocupados que tienen entre 35 y 44 años, la “cuña fiscal” deja en 61 euros cada 100 euros desembolsados por la empresa. A partir de los 45 años, el trabajador apenas recibe 60 de cada 100 euros de coste laboral.

Por grupos de edad, la ‘cuña fiscal’ para un contribuyente sin familia oscila entre el 32% y el 40%. Con el primer hijo, esta carga apenas se reduce a un intervalo comprendido entre el 31% y el 39%. Para el segundo hijo, de nuevo encontramos un tratamiento fiscal poco atractivo: la ‘cuña fiscal’ sigue comprendida entre el 29% y el 38%. Apenas hay rebajas tributarias que favorezcan la natalidad, algo especialmente preocupante a raíz del envejecimiento demográfico que está experimentando España.