España es el sexto país de la OCDE en el que los autónomos más cotizan, según se sostiene en los apuntes económicos del mes de noviembre del Think Tank Civismo. La cosa no queda aquí. El documento sostiene que el colectivo de profesionales autónomo en España cotiza un 29,8%, solo por detrás de Eslovaquia, Hungría, Eslovenia, Holanda y Estonia. Sin embargo la situación de España es aún peor, puesto que en Eslovenia y Estonia, existen unos ingresos mínimos que, de no ser superados, hacen que el autónomo no pague cotizaciones a la Seguridad Social.
Desde Think Tank Civismo recalcan que las cotizaciones de los autónomos a la Seguridad Social en España consisten en un porcentaje fijo y no progresivo como sucede en el caso del Impuesto sobre la Renta, o como sucede en otros países europeos. Razón por la cual se puede afirmar que España no es país para autónomos.
A su vez, Civismo agrega que el mínimo exento es una postura común en muchos países, tales como Suecia, Bélgica, Canadá, Austria, la República Checa, Italia, Irlanda, Polonia, Reino Unido y Noruega. Por el contrario, países como Eslovaquia, Hungría, Corea, Luxemburgo, Portugal y España presentan un sistema de cotización en el que los autónomos, independientemente de que ganen o no dinero, están obligados a cotizar por un sueldo mínimo.
ESPAÑA, UN MODELO DE COTIZACIÓN INFLEXIBLE
En el caso concreto de España, los autónomos han de pagar 263,6 euros de media a la Seguridad Social, independientemente de la cantidad de dinero que hayan facturado en un mes. Esta situación no se da, por el contrario, en el tercer modelo de cotización que analiza este documento, el cual se aplica a países como Holanda, Finlandia, Estados Unidos y Suiza.
El mismo consiste en la inexistencia de un mínimo exento sino que, por el contrario, el autónomo tributa desde la primera unidad ingresada de manera proporcionada. Así, este colectivo de profesionales logran mantener una regularidad a la hora de contabilizar la cantidad que cotizan y la cantidad de ingresos que presentan en un año.