La reforma fiscal que se debatió ayer en comisión parlamentaria se traducirá, según alertó ayer el laboratorio de ideas Civismo, en una subida de impuestos para el asalariado medio de más de 180 euros anuales, 137 correspondientes al Impuesto sobre la Renta y 44 al de hidrocarburos. De este modo, la fecha de la Liberación Fiscal se retrasa en la Comunidad foral dos días, hasta el 30 de junio.
Para realizar dicho cálculo, Civismo ha tomado como referencia un trabajador que gane 24.400 euros brutos anuales y que tenga un hijo a su cargo. En el caso de una familia con tres miembros en la que los padres cobren ambos el sueldo medio, la reforma fiscal supondrá un aumento impositivo de 360 euros anuales. La reforma dejaría a los contribuyentes navarros en desventaja respecto a la situación que se da en el País Vasco, donde una familia con dos hijos y unos ingresos medios de 24.400 euros brutos anuales dispondrá de 758 euros más de renta al año.
Según Cristina Berechet, jefa de investigación de Civismo, la reforma fiscal prevista “castigará a las rentas medias y bajas, y las familias con hijos tendrán que pagar más impuestos de lo que lo harían en el País Vasco”. Además, añadió que estas familias son las
que menos movilidad tienen y, por tanto, sobre las que “caerá el mayor peso de la reforma tributaria”.
La economista señaló que esta reforma “es incoherente”, ya que uno de los objetivos del Gobierno era alcanzar “una mayor progresividad fiscal” en Navarra, y, sin embargo, uno de los impuestos que más se va a incrementar es el de hidrocarburos, “que no es progresivo”.
Este nuevo gravamen autonómico
representará un tercio
del incremento de la recaudación
prevista para 2016.