El contribuyente medio paga en España algo más de 12.000 euros al año en impuestos, de modo que destinó 177 días a cumplir con Hacienda en 2018. Sin embargo, la factura de las rentas alta es muy superior.

Así, tal y como muestra el informe sobre el Día de la Liberación Fiscal del think tank Civismo, si partimos de un contribuyente soltero y sin hijos que gana 150.000 euros brutos al año, vemos que su “cuña fiscal” es del 48,25% en las comunidades autónomas del régimen común, y que asciende al 50,43% en País Vasco y al 53,11% en Navarra. El término “cuña fiscal” hace referencia exclusivamente al pago de IRPF y cotizaciones sociales (incluyendo las cuotas de trabajador y empresa).

A ello hay que sumar el IVA, los Impuestos Especiales y otros gravámenes. Una vez sumados estos impuestos, la factura final asciende a 84.000 euros, tal y como refleja la siguiente tabla, de modo que necesitaría 190 días de sueldo para cumplir con Hacienda, dos días más que en 2017.