¿Y si confinasen España de nuevo?
15 de julio de 2020

En estos momentos, tras los reajustes realizados por el BBVA Research, se disipan todos los pronósticos que, en aras de un optimismo previo impulsado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), limitaban la contracción económica que preveía experimentar la economía española a escenarios cercanos al 8%. Tras el nuevo reajuste, la entidad bancaria ha situado el pronóstico de la contracción, elevando los efectos de la pandemia en el PIB hasta situar el descenso en un nivel superior al 11%. Curiosamente, un nivel que ya, tras los pronósticos arrojados por el FMI en la última revisión acometida, se sitúa como el nuevo escenario optimista; a la espera de ver la evolución de la pandemia, así como la incapacidad de descartar nuevos rebrotes.

Al igual que pronosticamos desde Fundación Civismo, el golpe que vivirá la economía española cuando la pandemia se disipe será de gran magnitud. En este sentido, un deterioro en el PIB que de verse así de lastrado dejará secuelas en unos macroindicadores que, ante el deterior de la economía española, prevén seguir ensanchando los desequilibrios presentes antes de la pandemia. Unos desequilibrios que, con base en el escenario proyectado, prevén dejar la economía española al borde del colapso económico, así como con un nivel de endeudamiento que, ni en el mejor de los casos, se sitúa por debajo del 118%. Una situación que pone al país contra las cuerdas, a la espera de aprobar un rescate que irá sujeto a una condicionalidad plena para tratar de corregir esta situación lo antes posible.

De acuerdo con el Banco de España, hablamos de un escenario que, con una contracción cercana al 11% del PIB, podría disparar el nivel de deuda de la economía española hasta situarlo en un nivel que, en relación con su PIB, llegase a situarse en torno al 120%. Si a esto le sumamos un déficit que pretende dispararse hasta superar el 10%, así como los efectos derivados de esta situación en otros indicadores como el desempleo o la producción industrial, hablamos de una situación de la que, teniendo en cuenta los precedentes, así como el duro golpe que ha asestado el virus a la economía, recuperarnos no será una tarea sencilla.

Sin embargo, los continuos rebrotes que no dejan de sucederse en todo el país comienzan a disparar el alarmismo de unos gobernantes que, si ya temían el impacto de la pandemia durante semestre, muestran su pánico ante la posibilidad de un nuevo confinamiento y la nueva aplicación de las medidas de distanciamiento social. La incapacidad de proyectar las variables para tratar de prever nuevos rebrotes en el escenario futuro preocupa a un conjunto de economistas que, como es mi caso, estamos a la espera de ver cuán elevado sería el impacto de la pandemia si esta volviese a incidir con fuerza en la economía española durante el segundo semestre. Pues, teniendo en cuenta que la contracción prevé una disipación de la pandemia para dicha época, un segundo semestre en el que la pandemia volviese a intensificarse significaría una contracción de magnitudes sustancialmente más elevadas.

En este sentido, la OCDE ya trata de prever cuál sería la situación para las economías de sus países miembros si se llegan a dar rebrotes. Así, previendo un escenario en el que España sufriese un rebrote, el organismo multilateral ya ha comunicado que la economía española no solo sería una de las afectadas, sino que, tal y como cita el organismo, sería la más dañada de toda la OCDE. En este contexto, hablamos de un rebrote que situaría la contracción de la economía española, y a la espera de proyectar nuevos escenarios, en torno al 18%. Es decir, un descenso del PIB mucho más pronunciado que en el escenario planteado.

Además, dicha contracción, de acuerdo con el organismo, llevaría a la economía española a una situación en la que los macroindicadores citados anteriormente sufrirían un mayor deterioro del previsto por los distintos organismos. En este sentido, se podría llegar a acrecentar el nivel de deuda hasta superar el 125% del PIB; con un nivel de déficit que podría llegar a situarse en torno al 13%; así como unos niveles de desempleo que podrían superar el 30%. Todo ello, teniendo en cuenta la vulnerabilidad de un tejido productivo que, ante su diminuto tamaño y la elevada presencia de pymes, se muestra muy vulnerable, así como susceptible de quiebra ante una crisis que durante la primera oleada acabó con todos los recursos de unos empresarios que se mostraban a la cola de la liquidez empresarial europea.

Como podemos observar, hablamos de un escenario muy complicado y para el que debemos estar preparados. También en el informe de la OCDE al que hacemos alusión, se anuncia una lenta recuperación de la economía española si esta sufriese los efectos de un rebrote. Teniendo en cuenta que el comportamiento de la economía española se acentúa con los fenómenos económicos que esta atraviesa, siendo una economía completamente procíclica, el Gobierno debería comenzar a contemplar los posibles escenarios y adoptar medidas. Pues, si hablábamos de una situación complicada ya con la primera oleada, la segunda oleada sí que acabaría con nuestra economía; para entonces, y muy importante destacarlo, provocando la inoperatividad, incluso, del propio rescate que espera España de Europa.

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